La exesposa del príncipe Andrés , que era una gran amiga de la Princesa Diana, se sometió a cirugía de forma exitosa.

Sarah Ferguson, la duquesa de York, fue diagnosticada con cáncer de mama, aunque fue tratada y su pronóstico es bueno, informó un portavoz de la familia real.

“Sarah, la duquesa de York, fue recientemente diagnosticada con una forma temprana de cáncer de pecho detectado en una mamografía rutinaria”, explicó el vocero al canal de televisión británica Sky News.

De acuerdo al portavoz de la exesposa del príncipe Andrés, hermano del rey Carlos III, a la duquesa “se le recomendó someterse a cirugía, lo cual hizo de forma exitosa”.

La misma fuente dijo que “la duquesa está recibiendo el mejor cuidado médico y sus doctores le han dicho que el pronóstico es bueno. Ahora se recupera con su familia”.

“La duquesa quiere expresar su gratitud inmensa a todo el personal médico que la ha apoyado en los últimos días”.

Además, añadió que está “inmensamente agradecida al personal que le realizó la mamografía que identificó la enfermedad, que no presentaba síntomas, y cree que su experiencia pone de manifiesto la importancia de pruebas reguladores”.

¿Quién es Sarah Ferguson?

Sarah era prima lejana de la princesa Diana, e incluso asistieron a la misma escuela. Dado que ambas eran miembros de la aristocracia británica, se veían frecuentemente y tenían varios amigos en común, lo cual las acercó mucho durante su adolescencia.

Su amistad se hizo cada vez más fuerte y Fergie incluso fue invitada a la boda de Diana con el príncipe Carlos, además de visitarla todas las semanas en el palacio de Buckingham.

En 1985, la vida de Fergie cambió cuando Lady Di consiguió que la Reina la invitara a una cena en el Castillo de Windsor. De un momento a otro, Sarah se encontró sentada junto al príncipe Andrés (a quien conocía desde hacía años pero jamás habían hablado), donde floreció el amor.

Diana también cooperó con el romance cuando invitó a la pareja a quedarse en Highgrove, la casa de campo que compartía con Charles. A las pocas semanas la relación se hizo pública y Sarah comenzó a acompañar a Andrés a diferentes obligaciones.

Andrés y Sarah se casaron en la Abadía de Westminster (Londres), el 23 de julio de 1986 y recibieron de la Reina los títulos de duques de York, condes de Inverness y barones de Killyleag, mientras que la novia comenzaría a ser tratada como Su Alteza Real.

Tras la boda, la joven tenía encantada a su familia política e incluso el príncipe Carlos llegó a decirle a Diana que le “gustaría que fueras más como Fergie… más alegre”, lo que comenzó a despertar una rivalidad entre las amigas.

Con los años los duques de York se convirtieron en padres de dos niñas, Beatriz y Eugenia, pero con el tiempo su relación comenzó a quebrarse hasta llegar a la separación en 1992. “No quería el divorcio pero tuve que hacerlo por las circunstancias”, señaló a la edición británica de Harper’s Bazaar.

Según la revista Hello, uno de los principales problemas de la pareja era que debido a la carrera naval de Andrés, sólo podían verse alrededor de 40 días al año, a lo que se sumaron varios rumores de infidelidad de parte de ambos.

Las cosas se complicaron cuando empezaron a circular en los medios una serie de fotografías de Sarah en topless junto su “asesor financiero”, John Bryan, quien además tenia uno de los pies de Fergie en su boca. Como el divorcio con Andrés aún no había concluido, las imágenes provocaron un escándalo de proporciones.

Fuentes cercanas al Palacio de Buckingham afirmaron que el príncipe Felipe nunca perdonó a la duquesa por exponer al ridículo a su familia y que incluso no aceptaba estar en la misma habitación que la pelirroja.

Tras el divorcio, Sarah perdió el título de Su Alteza Real pero conservó el de duquesa, además se le asignó una suma mensual para sus gastos personales, pese a que ella le aseguró a la Reina que no quería una compensación monetaria.