El 5 de octubre de 2011 el mundo se conmocionó tras conocerse la muerte de uno de los cerebros tecnológicos más trascendentales de todos los tiempos, Steve Jobs, quien falleció en su casa en California (EE.UU.) a los 56 años producto de un paro respiratorio.
Su muerte se produjo como consecuencia de la metástasis del cáncer de páncreas que le fue descubierto años antes, en 2004, y por el cual en 2009 recibió un trasplante de hígado.
Tras conocerse su deceso, cientos de miles de fanáticos del creador de Apple se agolparon en las tiendas de la manzana, y rindieron sentidos homenajes al hombre cuya empresa acuñó reconocidos eslóganes como “Think Different” (“Piensa Diferente”).
Y es que la vida del magnate geek no estuvo exenta de momentos gloriosos, como también otros menos “honorables”.
El hombre detrás de la manzana
Steve Paul Jobs nació en San Francisco, California, el 24 de febrero de 1955. Es hijo biológico de una pareja de estudiantes universitarios, que cuando nació lo dio en adopción a un matrimonio de clase media: Paul Jobs y Clara Hagopian.
Durante su adolescencia, Jobs estuvo muy interesado en el mundo de la electrónica, realizando prácticas en Hewlett-Packard mientras estaba en la secundaria y posteriormente trabajando en Atari Inc.
No obstante, su vida daría un giro en 1976, año en que junto a su amigo de la adolescencia, Steve Wozniak, fundaron la rupturista empresa de electrónica Apple.
Tras el éxito del computador Apple II, Jobs alcanzó gran relevancia pública e incluso se convirtió en portada de la revista Time en 1982. A sus 26 años, y tras la salida a bolsa de su compañía, Steve ya era millonario y con muchos proyectos ambiciosos en mente.
Su polémica renuncia y regreso a Apple
Pese a ello, los años 80 traerían noticias de dulce y agraz. Si bien lideró proyectos exitosos como el lanzamiento del Macintosh 128K, primer computador personal que se comercializó de forma exitosa y que usaba una interfaz gráfica de usuario (GUI) además de un mouse, tuvo problemas con el propio director ejecutivo al cual había “levantado” de Pepsi, John Sculley, lo que provocó su renuncia a su propia empresa poco tiempo después.
Tras un período en el que se dedicó a otros importantes proyectos, como la empresa de hardware y posteriormente software NeXT y a la reconocida empresa de animación Pixar, Jobs regresó en 1997 a la compañía que fundó en los ’70 y fue su director ejecutivo hasta el 24 de agosto de 2011, pocas semanas antes de fallecer.
En su segundo período, hizo de Apple una marca amada por millones y la llevó a lo alto con productos como el reproductor de música iPod, el teléfono inteligente iPhone y la tablet iPad, entre otros.
Jobs en la intimidad
Pese a sus múltiples logros como líder de la empresa tecnológica, lo cierto es que Jobs llevaba una vida tranquila y muy centrada en su núcleo familiar.
Desde 1991 el empresario, que se declaraba budista y era vegetariano, estuvo casado con Laurene Powell, a quien conoció mientras daba una charla en la Universidad de Stanford, de la cual ella era estudiante.
Durante su vida el magnate tuvo cuatro hijos. Fruto de su relación de juventud con Chris Ann Brennan tuvo a Lisa, nacida en 1978 y con quien tuvo una relación difícil en un principio, ya que recién en 1991 la reconoció como hija suya. Con Powell, en tanto, tuvo a Reed (30 años), Erin (26) y Eve (22).
Con Laurene tuvo un sólido matrimonio que duró hasta el día de su muerte, y que estuvo marcado por una gran cercanía y devoción el uno por el otro. Tras su muerte, la viuda de Jobs debió hacerse cargo de algunos de los negocios de su marido, de su trabajo filantrópico y de sus hijos, con quienes tiene una relación muy estrecha.
La menor del clan Jobs
La menor del clan, Eve, tenía sólo 13 años cuando falleció su reconocido padre. Pese a ser hija de alguien tan famoso como Jobs, desde siempre mantuvo un perfil muy discreto, similar al que quiso imponer Steve en su vida personal.
Desde pequeña la joven ha sido una experta de la equitación, resaltando su participación en diversos eventos de Estados Unidos incluida la FEI Nations Cup, la copa más importante en terreno local, en la que participó en 2019. Y es que Eve es muy destacada en esta disciplina, tanto así, que en la actualidad forma parte del Top 25 de estrellas ecuestres menores de 25 años según la revista especializada Horse Sport.
“Montar a caballo ayuda a mantenerse humilde (…) Me enseñó la independencia, la dedicación y la perseverancia”, afirmó Eve Jobs en 2016 a la citada revista, según informo el medio español El País.
A ello, agregó que “Me montaron en un poni por primera vez a los dos años, pero en realidad no comencé a montar profesionalmente hasta los seis (…) Siempre he tenido amor y aprecio por los animales y creo que esa pasión fue evidente desde el principio”.
De hecho, la norteamericana está tan dedicada a la hípica que con frecuencia entrena en un gran rancho ubicado en Florida, propiedad de su madre, el cual está valorado en más de 15 millones de dólares y cuenta con una casa de cuatro habitaciones, establo para 20 caballos y un completo circuito de saltos.
El salto a la fama de Eve
Pese a su bajo perfil, la vida de la joven cambió en diciembre del año pasado, luego que se confirmara su entrada en el mundo de la moda como protagonista de la última campaña de Glossier, una de las marcas de belleza más conocidas de Estados Unidos.
En las instantáneas realizadas para la firma de cuidado personal, Jobs aparece en una bañera y disfrutando una copa de vino.
En otra de las imágenes, se le ve poniéndose uno de los labiales de la compañía sumado a unos parches para las ojeras.
“Gracias a @emilyweiss y a todo el mundo en @glossier”, comentó Jobs en la publicación en Instagram de su campaña para la marca, la cual sin duda se convirtió en un antes y un después de su perfil en redes sociales, donde actualmente tiene más de 214 mil seguidores.
El romance con el ‘It Boy’ de California
Por estos días, junto con su colaboración para Glossier, Eve disfruta del amor junto a un famoso joven que comparte importantes lazos con una de las familias más famosas del mundo: las Kardashian.
Nos referimos a Harry Hudson, el mejor amigo de Kourtney Kardashian y su hermana Kylie Jenner, un cantante de 27 años enfocado en la música folk-rock y pop.
La relación entre ambos vio la luz a fines de enero, luego que ambos compartieran amorosas fotos disfrutando de su romance. “Equipo”, posteó la hija de Steve Jobs acompañado de un corazón negro y las imágenes junto a Hudson.
Por su parte, el artista replicó en su cuenta de Instagram con otra serie de imágenes junto al mensaje: “Me tomé mi tiempo, sí, sí”, acompañado de un corazón azul.
Sólo el futuro dirá qué le depara a esta pareja, una de las más llamativas del último tiempo, y que de seguro seguirá dando luces de su estado por medio de las redes sociales.
