Existen seis preguntas que frecuentemente se realizan en una entrevista laboral y que son las más difíciles de responder. ¿Qué decir, cómo enfrentarlas? Aquí detallamos algunas recomendaciones.

La entrevista de trabajo es uno de los primeros pasos dentro de una nueva carrera o puesto profesional; y la que define si una persona logra acceder a un puesto de trabajo o no.

Cada empresa es un mundo y cada entrevista es una experiencia distinta, pero a nivel general se manejan estándares: hay preguntas que suelen repetirse, por ejemplo, sobre las expectativas al trabajar en una empresa, experiencias o cuáles son los “mayores defectos” percibidos a nivel personal por los postulantes.

Algunas de estas consultas son fáciles de responder, mientras que otras presentan mayores complicaciones y pueden dejar “mal parado” a quien busca postular a un puesto en una compañía o institución.

La importancia de la entrevista en el proceso de selección

“Una entrevista es una técnica de selección donde se pregunta al trabajador sobre su experiencia profesional, formación académica, principales habilidades, fortalezas y debilidades, e interés por el cargo al que postula, entre otros aspectos”, explica el gerente general de Vertical Hunter, Francisco González.

Con eso los reclutadores pueden tener una visión cercana de los distintos candidatos y, a la vez, se presenta como una oportunidad para lograr “marketearse” como profesional y marcar la diferencia respecto al resto de aspirantes.

Si bien hay una serie de herramientas y opciones previas para destacar en aspectos de selección de personal, es durante el desarrollo de la entrevista cuando cada candidato debe demostrar sus competencias y reafirmar su potencial ante el entrevistador.

Ahora bien, llega un momento de la conversación donde suelen nacer preguntas a veces complejas, las cuales son difíciles de responder: “¿Qué te motiva? ¿cuáles son tus falencias? ¿por qué deberíamos contratarte?”, son algunas de ellas.

¿Cómo responder correctamente a las preguntas más complejas? Desde Vertical Hunter revelaron esas consultas y entregaron algunos tips de respuestas:

1. ¿Qué te motiva a cambiar de trabajo?

En este caso lo ideal sería responder con base en el hecho de asumir nuevos desafíos, ejercer nuevas funciones y responsabilidades, potenciar la carrera profesional o continuar aprendiendo cosas nuevas.

Una pregunta relacionada podría ser: ¿Por qué dejaste o te despidieron de tu último trabajo?

Respecto a esta última, hay que ser lo más sincero posible, aunque respondiendo con profesionalismo y sin criticar a la empresa anterior.

En la misma línea, Becas Santander aconseja que, en vez de decir que no “encajaba” en un trabajo anterior, hay que expresar que “tu día a día no era desafiante y que por eso estás buscando nuevas oportunidades”.

2. ¿Cuál ha sido tu principal fracaso profesional y cómo lo enfrentaste?

Una de las más difíciles de responder, ya que si hay algo que se evita en una entrevista laboral es justamente los fracasos o malas experiencias en otros puestos de trabajo.

La recomendación aquí es hablar con transparencia y hacer hincapié en la capacidad de resiliencia que se posee (o se busca trabajar o modelar al momento de la entrevista), para sacar lecciones de los momentos difíciles por los que se atraviesa en el trabajo.

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3. ¿Cómo te defines como persona?

Una pregunta usual. La recomendación consiste en destacar los aspectos claves de la personalidad para el puesto al que se postula y que marcan la diferencia con el resto.

Si se está postulando, por ejemplo, a un cargo de vendedor, hay que señalar características de extrovertido, sociable, orientado al logro, etc.

4. ¿Cuáles son tus principales debilidades?

La clave en este momento es evitar repetir lo usual y caer en los “lugares comunes”, como por ejemplo el “soy demasiado perfeccionista” o “autoexigente”.

Lo importante es no solo quedarse con las debilidades, sino expresar las soluciones o caminos que se buscan para superarlas y mejorar como profesional.

5. ¿Por qué quieres trabajar en nuestra organización?

Hay que mostrar conocimiento respecto a la empresa o institución a la que se postula, junto con evitar irse solo por la vertiente económica (sueldo), lo que también puede dejar una mala imagen.

Se debe interiorizar su historia, logros, hitos principales, sector en el que se mueve, misión, visión y filosofía de trabajo, para así demostrar que se comparte los valores corporativos.

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6. ¿Por qué deberíamos contratarte?

Frente a esto hay que responder algo que destaque las fortalezas profesionales, como la experiencia, nivel de conocimiento técnico, liderazgo, nivel de dominio de programas informáticos, técnicas, metodologías o un segundo o tercer idioma, etc.

Un paso previo: networking y aprender a “marketearse”

En un mundo digital, donde es mucho más fácil entrar en comunicación con otros profesionales, un aspecto que puede hacer la diferencia -además de saber responder a preguntas difíciles en una entrevista- es crear un buen perfil profesional más redes de contacto y colaboración.

El cuidado de la imagen, la disponibilidad a nuevos proyectos o desafíos, la creación de sinergias o inclusive la creación de un perfil en LinkedIn o Instagram -o una página web- pueden ayudar a dar visibilidad al trabajo de un profesional, a la vez que eleva las posibilidad de tener retroalimentación de otras personas.

Con todas estas herramientas previas, se facilita la creación de un perfil destacado dentro de un mercado laboral competitivo en donde las habilidades blandas o las competencias específicas son cada vez más deseadas por los reclutadores de compañías grandes y pequeñas.