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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Esmax Distribución SpA, empresa detrás de las estaciones de servicio Aramco en Chile, anunció la salida de Carlos Larraín Mery como gerente general, reemplazándolo por Edgardo Escobar Aguirre. Larraín, quien llegó a Esmax en 2017 después de 14 años en Latam Airlines, fue CEO desde diciembre de 2018 tras la adquisición de Esmax por la petrolera saudí Aramco en marzo de 2024.

Esmax Distribución SpA, la firma tras las estaciones de servicio Aramco en Chile, anunció al público que Carlos Larraín Mery dejó su puesto de gerente general “de común acuerdo” con la empresa.

La decisión fue tomada hoy, designándose como reemplazo a Edgardo Escobar Aguirre, quien -según fuentes de Bío Bío- fue confirmado para tomar las riendas del negocio.

Hasta ahora, Escobar se desempeñaba como Gerente de Administración y Finanzas de Esmax, según detalló la empresa en un hecho esencial a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF).

CEO de Aramco en Chile sale de su puesto

Larraín es Ingeniero Industrial de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Llegó a Esmax en 2017 luego de 14 años en Latam Airlines.

Durante poco más de un año, fue vicepresidente de operaciones y B2B, para en 2019 ser nombrado CEO de Esmax, que previamente operaba a Petrobras en el país.

En marzo del 2024, la petrolera saudí Aramco compró la totalidad de las acciones de Esmax y entró de lleno al mercado distribuidor en Chile. Con el pasar del tiempo fueron desapareciendo las estaciones con imagen de la marca brasileña.

Y en junio de este año, se anunció que Latam Airlines dejaría de aliarse con Copec para que los clientes Aramco pudieran acumular millas y puntos calificables con las cargas de combustible.

Cabe destacar que la renuncia de Carlos viene poco después que su hermano, Pedro Pablo Larraín Mery, fuera sancionado con la mayor multa impuesta en la historia de la CMF: UF 80 mil, equivalentes a $3,1 mil millones, más una inhabilidad temporal de cinco años para ejercer el cargo de director o ejecutivo principal de una empresa fiscalizada por el regulador.

Esto debido a su papel como fundador y expresidente de Sartor AGF, por haber realizado “inversiones de los fondos en entidades relacionadas a los directores, infringiendo los deberes de diligencia que les correspondían (…) y que les exigía atender exclusivamente a la mejor conveniencia e interés de los fondos, lo que no hicieron”.