Se trata de una antigua disputa entre la Compañía de Cervecerías Unidas (CCU) y la empresa cervecera de Bélgica, AB InBev, la que acusa a la empresa chilena de infligir la libre competencia al incumplir un acuerdo del año 2008. Es debido a esto que la firma belga recurrió al TDLC buscando justicia y/o sanciones.

La empresa con sede en Bélgica, AB InBev, llevó esta semana a la CCU ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC).

Lo anterior, ya que aseguran que su rival infringió la libre competencia al incumplir un acuerdo de 2008 con la Fiscalía Nacional Económica (FNE), lo que constituiría un abuso de posición que perjudicaría al mercado.

Según lo recordó el Diario Financiero, en 2008 y tras analizar la industria cervecera, el entonces fiscal nacional económico, Enrique Vergara, interpuso un requerimiento contra la CCU por abuso de posición dominante.

Lo anterior, ya que se identificó que la empresa -ligada a la familia Luksic- restringía la libertad comercial y contractual de los distribuidores minoristas.

Esto, por medio de cláusulas de exclusividad.

Pese a todas estas acusaciones, el caso no escaló y se cerró ese mismo año luego de una conciliación. Esto derivó en un avenimiento entre la CCU y la FNE, lo que se selló con tres acuerdos.

Acuerdos entre la CCU y la FNE

En primer lugar se le prohibió a Compañía de Cervecerías Unidas pactar acuerdos de exclusividad con cualquier pub, restaurante, discotecas u hoteles en Chile.

Luego, la Fiscalía Nacional Económica obligó a la firma a terminar con los incentivos exclusorios.

Según acusó Vergara en su momento, CCU mantenía acuerdos con sus distribuidores para aplicar descuentos a sus productos.

No obstante, los únicos descuentos que quedaron fuera del acuerdo fueron las ventas mayoristas.

Por último, la FNE ordenó una limitación a la publicidad de los productos de CCU en los puntos de distribuidores minoristas.

Esto no implicó que el conglomerado cervecero esté restringido de contar con avisos de su marca, pero tiene prohibido acordar ser el único competidor.

Antecedentes de la acusación de AB InBev

De acuerdo con información recabada por Diario Financiero, los hechos en los que se respaldan los belgas se remontan a 2018.

Esto, cuando la compañía detectó dificultades para ingresar en el mercado cervecero de Hoteles, Restaurantes y Casinos.

Tras ello, la empresa habría comenzado a recopilar antecedentes, juntando unos 100 casos en lo que los puntos acordados en 2008 se habrían infringidos.

AB InBev no sólo habría pedido al TDLC poner fin a la práctica anticompetitiva, sino que también aplicar multas, si se acredita el ilícito.

De esta forma, el TDLC podría aplicar las multas de tres maneras.

1. Pedir el pago del 30% de las ventas en la línea horeca cervecera correspondientes al lapso que duró la infracción.

2. Cobrar el doble del beneficio económico reportado en este mismo canal por los años en que se infringió la Ley.

3. Por último, si la entidad no logra determinar ninguno de los dos elementos, podría solicitar sanciones por 60.000 UTA, correspondientes a US$ 56 millones.

Consultados por el DF, la CCU indicó que “a la fecha no hemos sido notificados de ninguna acción ante el TDLC. No obstante ello, queremos recalcar que siempre desarrollamos nuestros negocios cumpliendo la legislación y respetando la libre competencia en todos los países donde operamos”.