La empresa Agrícola Campillay anunció que, tras una crisis que no puso paliar, determinó cerrar sus puertas. La situación dejará sin trabajo a unas 600 personas. En temporada alta, incluso, llegaba a generar más de 1.000 empleos.

La noticia fue difundida por el Diario de Atacama, el cual detalló que el cese definitivo de la firma está programado para el 1 de junio.

Agrícola Campillay tenía deudas que no pudo solventar. Además, según explicó su dueño, Omar Campillay, los aluviones que afectaron al Valle del Huaco en 2015 y 2017 afectaron sus terrenos y la producción de uva.

Al respecto, añadió que dicho mercado “ha cambiado y requiere más inversión, replantaciones, nuevas variedades”, lo cual les fue imposible enfrentar.

El empresario sostuvo al Diario de Atacama que en época de mayor cosecha daba trabajo a más de 1.000 personas. Actualmente, producto del cese de funciones, serán 600 los trabajadores que se quedarán sin su fuente laboral.

Campillay lamentó la carencia de estatutos que resguarden a las empresas locales. “(…) No debo impuestos, he llevado todos los pagos al día (…), no hay leyes que protejan cuando una empresa tiene insolvencia, todo lo contrario, los bancos te cierran la puerta”, sentenció.

Reacciones

La Asociación Gremial de Agricultores de la Provincia del Huasco, -a través de su presidente, Herman Von Mayerberger-, reconoció que la empresa se esforzó por evitar esta situación. Coincidieron en que faltan leyes y políticas agrarias que resguarden lo local.

El seremi de Agricultura, Patricio Araya, aseguró que el Gobierno está implementando medidas para potenciar la agricultura. Admitió que hay más empresarios a los que les está costando solventar la productividad con las exigencias del mercado.

Al cierre de Campillay se suma el de otras fundadas en Chile, como Albano en Concepción, grifería Nibsa, calzados Guante, Iansa en Linares, Pastas Suazo en Curicó, Cial en Temuco, Maersk en San Antonio, refrigeradores Fensa y Mademsa, Velarde Hermanos, entre otras.