VER RESUMEN

Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

Perú consolida su rol como un importante hub portuario al proyectar una red que conecta el Pacífico con el Atlántico. Inversiones como el megapuerto de Chancay fortalecen esta posición, compitiendo con terminales chilenos. El país agiliza rutas hacia China, optimizando tiempos logísticos y aumentando intercambios comerciales. La diversificación de inversiones y políticas regulatorias impulsan el desarrollo portuario, con impacto social positivo. A pesar de los avances, se enfrentan desafíos en conectividad logística y regulaciones.

Mientras el debate regional se centra en el impacto del megapuerto de Chancay, las inversiones extranjeras, la modernización portuaria y el auge del comercio con Asia reconfiguran el mapa logístico sudamericano.

El avance estratégico de Perú en materia portuaria trasciende la notoriedad alcanzada por la infraestructura de Chancay. El país sudamericano se consolida como un actor clave al proyectar una red portuaria que conecta el océano Pacífico con el Atlántico, un enfoque que despierta la atención regional y que posiciona al país como un verdadero “hub” de transporte marítimo.

Así lo afirmó Juan Carlos Paz, expresidente de la Autoridad Portuaria Nacional (APN) del Perú, a medios de este país: “De hecho, ya somos un hub. A veces se dice: ‘Vamos a ser’. Pero ya somos un hub”.

La mirada sobre las capacidades logísticas de Perú suele detenerse en el moderno megapuerto de Chancay, inversión cercana a 1.400 millones de dólares. Sin embargo, el alcance del proyecto nacional abarca también terminales como Callao, Paita y Salaverry, sostenido en una morfología costera favorable que permite la operación de puertos de aguas profundas.

Paz sostiene que, por ejemplo, el Callao mueve aproximadamente 3,2 millones de TEUs (contenedores estándar) al año, “de los cuales más de seiscientos mil no son carga peruana. Es carga fundamentalmente de Chile. La mitad viene de Chile y el resto viene de Colombia, Ecuador, e incluso Guatemala y El Salvador”, puntualiza.

Este dato corrobora el papel de Perú como nodo logístico regional, remarcando la función de tránsito y transbordo que asume el país.

El rol de San Antonio

En ese escenario, el expresidente de la APN introduce el componente geopolítico. Al ser consultado sobre la competencia internacional, Paz expone que la situación del Callao ha cambiado gracias a inversiones y modernización.

La infraestructura permite que el puerto peruano deje de ser un punto rezagado en la región y le dispute el liderazgo a terminales emblemáticos chilenos.

Según el especialista, “antes se bromeaba que el Callao estaba en la Antártida. Era tan precario su equipamiento que los buques se iban a San Antonio o a Valparaíso en lugar de pasar por el Callao. Entonces, el hub estaba más al sur. Perdíamos la oportunidad de tener un puerto que, por su cercanía a Panamá, estaba llamado a ser el hub”.

Las modernas inversiones han revertido esa tendencia y ahora “donde había agua, tenemos un muelle bicentenario de mil cincuenta metros de largo, treinta y una hectáreas y capaz de mover dos millones de TEUs”, destaca Paz.

Esta transformación ha elevado la competitividad de los puertos peruanos y ha reposicionado al Callao como rival directo de terminales como San Antonio en Chile.

Competencia y sinergia

En tanto, el crecimiento del megapuerto de Chancay fortalece el papel del país como plataforma de distribución. Permite enlazar al Perú con China en un tiempo récord de 23 días, optimizando rutas que antes demandaban diez jornadas adicionales, explica Paz.

Además, “Chancay lo que está haciendo es fortalecer nuestro papel de hub regional”, añade el expresidente de la APN. De acuerdo a sus declaraciones, la relación entre Chancay y Callao es de competencia, pero también de complementariedad, ya que ambos puertos se benefician de inversiones paralelas y de ajustes operativos que buscan mantener elevados estándares.

Uno de los elementos de mayor impacto es la estrategia de precios. “Ha puesto una lista de precios que es menor que las tarifas que cobran APM Terminals y DP World”, precisa Paz sobre Chancay.

Este ajuste tarifario, junto a la profundidad mayor de su muelle —17,8 metros frente a los 16,5 de sus pares limeños—, incide en la preferencia de armadores internacionales y en el flujo de inversiones para modernizar instalaciones tanto en Chancay como en el Callao.

Chancay–Shanghái

La relación comercial entre Perú y China ha experimentado un crecimiento notorio tras la inauguración de la ruta Chancay–Shanghái.

Según datos de la Aduana de Shanghái, el intercambio superó los 559 millones de dólares, con un incremento del 56,9% en el comercio bilateral durante el primer trimestre de 2025.

A través de este corredor, se transportaron 78 mil toneladas de mercancía en pocos meses, con cargamentos que incluyen productos nuevos en la lista exportadora peruana, como muñecas de alpaca y cerámica artesanal, cuyo destino fue el puerto de Yangshan.

Este movimiento responde a una optimización de los tiempos logísticos: los cargamentos llegan a Shanghái en menos de 25 días, lo que fortalece la competitividad de los envíos peruanos hacia el mercado asiático.

Diversificación e impacto

A juicio de Juan Carlos Paz, el avance portuario peruano responde tanto a factores naturales como a políticas y marcos regulatorios promovidos en las últimas décadas.

“Hay 18 países, cuyas empresas invierten en puertos peruanos. Y entre esos, naturalmente, está China y también Estados Unidos, que tiene participación en puertos importantes como Salaverry y Matarani, y también un puerto privado como es Melchorita, dedicado al gas. Ahí está Estados Unidos. Y Brasil está en Paracas, Emiratos Árabes está en el Callao, Países Bajos está en el Callao, Turquía está en Paita”, enumera Paz.

Esta pluralidad de inversiones, indica, ha hecho posible que la nación atraiga capitales respetando estándares técnicos, sociales y ecológicos.

El impacto de estas iniciativas se extiende hacia las comunidades aledañas. Algunas terminales, como Paracas, Paita y Salaverry, han destinado fondos a proyectos sociales que han permitido reducir problemas como la anemia infantil en sus zonas de influencia.

El desafío

El progreso portuario no oculta los desafíos en materia de infraestructura logística. El propio Paz advierte: “Nuestro talón de Aquiles como país es esa conectividad logística. Nos hacen falta mejores vías, nos hacen falta ferrocarriles para poder tener un uso más eficiente de todo este sistema logístico”.

Señala, además, la presión que la exportación minera impone al sistema vial, poniendo como ejemplo el traslado de 36 millones de toneladas anuales de minerales, la mayoría por carretera.

En el plano regulatorio, el expresidente de la APN menciona normas recientes que permiten que las concesionarias portuarias puedan ejecutar obras fuera del área estricta de concesión, lo que facilita la construcción de infraestructura complementaria como el antepuerto del Callao.

Objetivo de largo plazo

La estrategia nacional portuaria de Perú se articula con acuerdos internacionales y el desarrollo de sectores clave como la agroexportación o la minería.

“Tenemos veinticinco tratados de libre comercio que nos conectan con el 90% del PBI global y ese es un enorme esfuerzo del Ministerio de Comercio Exterior”, indica Paz.

En este entramado, los puertos peruanos ya se posicionan como el séptimo mayor usuario del canal de Panamá en términos de volumen de carga y aspiran a mover diez millones de TEUs para 2035, según la proyección defendida por el ex titular de la APN.

La experiencia acumulada durante veinticinco años de impulso e inversión, aunada a reformas estructurales de los años noventa, permite que la nación busque consolidar un rol de referencia logística, enlazando ambos océanos y reforzando su posición frente a competidores como Chile.