Abigail, Cristal, Topacio, Niña Bonita y Paraíso son algunos de los títulos que conforman un legado de telenovelas venezolanas conocidas como “culebrones” por sus intrincadas y -a veces- macabras tramas que llegaron importadas a Chile, principalmente en las últimas décadas del siglo XX.

Sin embargo, las producciones de Venezuela, que en algún momento dominaron la industria en la región, están cerca de desaparecer. Así lo evidencian las cifras: en su mejor momento, el país petrolero llegó a publicar hasta 12 telenovelas al año, pero en 2018 “a duras penas” lograron terminar una.

Esta crisis, según publicó el Diario Financiero, va de la mano con la actual situación económica de la administración de Nicolás Maduro, pero fuentes cercanas a la industria culpan directamente a su antecesor por una serie de políticas dirigidas al mundo del espectáculo.

El motivo del desplome de los últimos 20 años “tiene nombre y apellido y se llama Hugo Chávez”, afirmó Leonardo Padrón, periodista y productor de teleseries exiliado en Miami, quien creó varios de los últimos “culebrones” que lograron prosperar en Venezuela hasta cerca de 2006.

En concreto, Padrón apunta a la “Ley de Responsabilidad Social para Radio y Televisión” implementada por Chávez en 2004, la que califica como “un sistema de dominación de la libertad de expresión”.

Para ilustrar, el guionista relató que cuando escribía “Cosita Rica” para Venevisión, telenovela en que incluía hechos que realmente ocurrían en el país, el canal fue increpado por el gobierno para censurar incluso diálogos en que los personajes hablaban sobre la inseguridad en el territorio.

Otro hecho importante que marcó la debacle de los “culebrones”, apuntó Padrón, fue el cierre del canal Radio Caracas Televisión por orden del gobierno chavista en 2007. RCTV siguió funcionando como casa productora para otros canales locales, y en 2018 logró con mucho esfuerzo y con serios problemas de presupuesto sacar una telenovela, de acuerdo con su vicepresidente de producciones, José Simón Escalona.

Su competidora, Venevisión, tampoco ha logrado tener mejor suerte y entre 2014 y 2015 apenas alcanzaba a crear 3 telenovelas al año y debió terminar los contratos con varios de sus guionistas, incluyendo a Padrón.

La situación es también lamentada por su colega, César Miguel Rondón, quien recuerda que antiguamente “no era sólo que tenías rating, es que la gente vivía las telenovelas” y Venezuela era un referente al punto en que “los colombianos venían para aprender de nosotros, los españoles aprendían de nosotros y mira la morena (ventaja) que nos sacaron, por citar solo esos dos ejemplos”.