Solo los más veteranos recordarán esta función de los computadores antiguos.

En los primeros días de la computación personal, una característica peculiar marcó la experiencia de los usuarios de PC entre las décadas de los 80 y 2000: el botón Turbo.

Aunque para muchos de los usuarios actuales este botón es desconocido, su función contradecía su nombre, ya que en lugar de acelerar el rendimiento del equipo, lo ralentizaba. Esta función, aunque pueda parecer extraña en la actualidad, tenía un propósito específico en ese entonces, recuerda Tarreo.

El botón Turbo, ubicado generalmente cerca de los botones de encendido y reinicio, fue una característica distintiva de las PC de esa época. Acompañado en algunos casos por una pantalla que indicaba la velocidad del procesador en MHz, proporcionaba a los usuarios información sobre la frecuencia de funcionamiento de su máquina.

La importancia de este botón radicaba en su capacidad para reducir la velocidad del procesador al ser activado, lo que resultaba en una disminución significativa en el rendimiento, contrario a lo que su nombre sugería.

El origen del botón Turbo se remonta a los primeros días de la competencia en el mercado de las computadoras personales. Fue la empresa Eagle Computer la pionera en introducir esta innovadora característica en sus modelos Eagle PC Turbo GT, equipados con procesadores más rápidos que los utilizados por IBM en ese momento, como el Intel 8086 de 8 MHz.

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Estos equipos enfrentaron el desafío de la compatibilidad con programas diseñados para hardware más lento. Para abordar este problema, Eagle Computer ideó el botón Turbo, que permitía a los usuarios ajustar la velocidad del procesador para garantizar una mejor compatibilidad con aplicaciones y juegos heredados.

Así, el botón Turbo ofrecía una solución ingeniosa al ajustar la velocidad del procesador para que se asemejara a la de las PC más antiguas, asegurando que los programas y juegos diseñados principalmente para IBM funcionaran correctamente. Aunque algunos juegos aún podían ejecutarse más rápido de lo normal, la activación de este botón los hacía jugables, proporcionando una experiencia más fluida y sin problemas de compatibilidad.

Esta función se popularizó rápidamente entre los fabricantes de computadoras clónicas que competían con IBM, convirtiéndose en una característica estándar en muchos equipos de la época. Sin embargo, con el avance de la tecnología y las mejoras en el desarrollo de software y compatibilidad, el botón Turbo eventualmente cayó en desuso y desapareció de las computadoras, quedando solo en la memoria de aquellos que iniciaron su camino en la computación hace más de 20 años.