En agosto de 2018, una investigación de 6 meses dejó al descubierto conductas sexistas al interior de Riot Games, las que llevaron a la empresa a una encrucijada que terminó con una querella legal en contra de la compañía.

El estudio, reconocido por ser el desarrollador tras League of Legends, debió afrontar un cambio íntegro de imagen que llevó a levantar todos sus protocolos y guías de trabajo, después de las manifestaciones de más de un año por parte de sus empleados en las oficinas centrales.

Después de que en junio de 2019 el caso llegara a la justicia y el Departamento de Vivienda y Empleo Justo de California (DFEH, por sus siglas en inglés) asegurara que Riot Games no ha proporcionado la información crucial que requiere la investigación, es este mismo ente el que busca una nueva compensación.

A fines de 2019, la empresa llegó a un acuerdo extraoficial que incluía una compensación de 10 millones de dólares entre Riot Games y los casi mil querellantes, un monto que estaba a punto de ser pactado previo a la intervención de las mismas autoridades.

Sin embargo, según informó Games Industry, el DFEH buscaría aumentar esa cifra a un total de 400 millones de dólares.

Este nuevo monto se fijó después de considerar la disparidad salarial entre hombres y mujeres dentro del estudio, cifra que deberá ser pagada retroactivamente por la compañía de llegar efectivamente a cumplirse la sentencia.

Tal como se expuso en la demanda, desde el DFEH indicaron que “no hay cambios obligatorios en las políticas de empleo, en una compañía presuntamente plagada de sexismo”.