Con el Mundial de Rusia en ciernes, probablemente uno de los principales cometidos de los chilenos este año sea renovar su televisor. Pero elegir no es tarea fácil. Con tantas marcas, funcionalidades y tecnologías disputándose el mercado, parece que no debiéramos enfrentarnos a los pasillos de electrónica sin la asesoría de un físico cuántico como Sheldon Cooper.

(Y la verdad, así debería ser… explicaremos esto un poco más adelante).

Por ahora vamos a centrarnos en lo que más nos importa a todos: la calidad de imagen en pantalla.

¿LED, OLED o QLED? Una letra hace la diferencia

En la actualidad, la mayoría de los televisores en el mercado usan tecnología LED. Esto significa que tu pantalla está llena de pequeños filtros de color rojo, verde y azul, los cuales se combinan para mostrar todo el espectro al ser impactados por un haz de luz blanca en la parte posterior de la pantalla.

¿Pero les contamos un pequeño secreto? Como tu conciencia, esta luz no es realmente blanca.

De hecho, se trata de una luz azul recubierta por una película amarilla que intenta imitar lo mejor posible la luz blanca. ¿Para qué la molestia? Porque las luces LED no se caracterizan por emitir luz blanca de calidad. Tal como explica el medio especializado Digital Trends, los LED tienden a emitir una luz blanca paliducha, que afecta a la imagen en su conjunto. Por ello, los fabricantes optaron por modificar un color más fuerte y luego compensarlo digitalmente.

Y como todo truco tiene sus consecuencias, dependiendo de la destreza del fabricante la imagen de un televisor LED puede verse afectada en mayor o menor grado por este extraño juego de luces, aunque nunca tendremos esos colores brillantes y prístinos con los que soñamos ver los goles de La Roja.

Aquí es donde QLED y OLED entran a la cancha.

QLED es la sigla para Quantum Light Emitting Diode, o Diodo Cuántico Emisor de Luz. Y esta es la parte donde sacamos del bolsillo a Sheldon Cooper pues su principal característica es reemplazar los filtros de color por los llamados puntos cuánticos, un tipo de nanopartículas (partículas muy, muy, pero muy pequeñas… más pequeñas que un virus) cuya distribución atómica les permite brillar con precisión insuperable al ser impactados por un haz de luz, en todas las tonalidades posibles.

De hecho la calidad de los tonos de esta tecnología patentada por Samsung es tal, que le permitieron revertir el espectro: en vez una luz blanca que se filtra para producir color, ahora es una luz azul la que golpea los puntos cuánticos para producir toda la gama de colores juntos. Es decir, la luz blanca perfecta. Newton estaría fascinado.

Dado que todos los colores de una pantalla QLED son particularmente brillantes, una de sus principales ventajas es que son las mejores para ver televisión en ambientes muy iluminados, como un living con mucha luz solar, un salón con ventanas amplias o espacios con luces artificiales siempre encendidas, como las vitrinas de las tiendas.

Sí. Con QLED se acabó el menearse como suricata para huír del ángulo del sofá donde el sol no nos deja ver.

Por el contrario, OLED utiliza una aproximación totalmente distinta. Sigla de Organic Light Emitting Diode (Diodo Orgánico Emisor de Luz para los amigos), esta tecnología usa componentes orgánicos que brillan en diferentes colores al ser excitados (no, no de esa forma) por una descarga eléctrica.

Que cada punto en pantalla brille por sí mismo tiene también sus ventajas: no es necesario emitir una luz trasera para impactarlos -lo que se traduce en pantallas en extremo delgadas- y como pintar zonas oscuras significa simplemente apagar esos led, produce tonos negros de pureza absoluta, lo cual se agradece en imágenes como cielos estrellados.

Entonces, ¿con cuál me quedo?

Primero, debemos advertirte que ninguna de estas dos tecnologías puede aún considerarse barata. Aunque QLED lleva una leve ventaja en cuanto a precio -y se espera que descienda aún más a medida que se reduzcan los costos de producción- ambos tipos de televisores son considerados premium y superan el millón de pesos.

Pero vaya que lo valen. Hablamos de cómodas pantallas de entre 49 a 75 pulgadas, con todas las funcionalidades que se esperan en un SmartTV, con acceso a servicios vía internet como Netflix, YouTube o Spotify.

Y si bien ambas tecnologías tienen un excelente desempeño, nuestra apuesta va por QLED. ¿Por qué? Porque además de su amplia gama de colores y niveles de brillo que le permiten destacar cada escena a plena luz del día, las pantallas QLED tienen una vida útil más amplia que las OLED y una mayor resistencia al efecto de “quemado” (burn-in), el cual se produce cuando una imagen queda fija tras pasar mucho tiempo en la pantalla (como solemos ver en los cajeros automáticos).

Todos elementos a considerar cuando haces la inversión en una pantalla premium para ver imágenes en calidad Ultra HD (UHD 4K) que, seguro, querrás te acompañe en perfectas condiciones durante varios años.

Televisor QLED | Samsung
Televisor QLED | Samsung

Aunque recientemente firmó acuerdos con las chinas Hisense y TCL para aumentar la oferta, ya puedes encontrar en Chile los modelos Q7, Q8 y Q9 de Samsung, que además de los puntos ya mencionados, permiten colgarse de la pared sin dejar brechas ni requerir aquellos poco estéticos brazos metálicos; además de concentrar el control de todos tus dispositivos en el One Remote Control, que por si fuera poco permite dar instrucciones por comandos de voz.

Sumado a 4 puertos digitales HDMI, conexión a internet vía cable o WiFi, o la posibilidad de conectar de forma inalámbrica teléfonos con Android o iPhone, además de computadoras Windows, definitivamente no tendrás oportunidad de quedarte sin contenidos que disfrutar en esta nueva gran pantalla.

Y para comenzar a ver algo de esta nueva tecnología, disfruta de este homenaje que Samsung hizo a los últimos triunfos de La Roja: