Los hongos venenosos conocidos en Chile tienen ciertos rasgos comunes que los hacen identificables. Sin embargo, la recomendación siempre es consumir sólo especies conocidas, y ante la duda, abstenerse.

Conmoción causó este fin de semana la muerte de un adolescente que consumió hongos silvestres venenosos junto a su familia en Hualqui, región del Bío Bío, causando que las autoridades llamaran a la población a no recolectar estas especies, y menos consumirlas si desconocen su naturaleza.

Se cree que se trata de la Amanita phalloides, que junto con la Amanita gemmata tóxica serían las dos especies venenosas conocidas en Chile, según explica a BioBioChile el botánico Götz Palfner de la Universidad de Concepción.

La clave, así, es “aprender a distinguir las especies peligrosas que existen, que son muy pocas”, ambas del género Amanita que “son los responsables principales de la mayor parte de las intoxicaciones graves o incluso mortales con resultado de fallecimiento del paciente, que se producen no solamente en Chile, sino en todo el mundo”.

Sin embargo, advierte que aún falta investigación en esta área, por lo que la prudencia sigue siendo importante.

¿Cómo reconocer los hongos venenosos?

De acuerdo con Palfner, hay ciertos rasgos comunes a las Amanita que las hacen reconocibles, especialmente por debajo del ‘sombrero’. “En realidad, no es tan difícil”, asegura.

“Típicamente cuando uno ve el reverso del sombrero, tiene laminillas“, que van ininterrumpidamente desde el exterior al centro del hongo. “Estas laminillas son blancas, no se mutan aunque la zeta esté nueva o ya media añeja”.

Asimismo, “tienen un anillo más o menos a la altura del pie que parece una minifalda, o un cinturón, o de collar. Eso es un atributo también que ayuda a distinguirlas”, explica.

En tanto, por encima del sombrero, “en el caso de la Amanita faloides la superficie tiene un color verde como, aceituna”.

Por otro lado, la Amanita gemmata tóxica “tiene un color amarillo claro, o como yo siempre digo, como yogur de vainilla. En ese tono, más o menos. Y muchas veces tienen escamas blancas también sobre sombrero, aunque pueden faltar”.

“Lo otro que es súper importante es la ecología, en junto a qué tipo de vegetación crecen. Y la Amanita siempre vive en simbiosis con ciertos árboles. La Amanita faloides, por ejemplo, prefiere castaños o encinos, aunque también se ha dado bajo árboles nativos, y la Amanita gemmata tóxica crece exclusivamente bajo pino radiata”.

Sin embargo, el mismo especialista recomienda que “la regla de oro es abstenerse”, cuando uno no está capacitado para distinguir a estas especies. Finalmente, un acto de prudencia puede ser lo más útil para salvar vidas.