Este jueves se confirmó el fallecimiento de Humberto Maturana, ganador del Premio Nacional de Ciencias 1994 y uno de los intelectuales más importantes del país.

La partida del destacado biólogo, filósofo​ y escritor chileno de 92 años ha sido lamentada por diversas autoridades, entre ellas el rector de la Universidad de Chile.

“Con dolor me entero de la partida de un gran amigo y ser humano. Su dimensión intelectual fue siempre motivo de orgullo para la @uchile y para el país. Fue inspirador al abrir alternativas para percibir y acercarse a la biología. Mis condolencias a su familia y seres queridos”, escribió el rector de la casa de estudios, Ennio Vivaldi.

Dentro de sus múltiples aportes a la ciencia, Maturana destacó por ser el autor de la teoría de la autopoiesis, concepto que desarrolló junto al neurobiólogo Francisco Varela y que comenzó a ser publicada en una serie de trabajos desde fines de los años 60.

Se trata de una definición de vida que designa la cualidad de un sistema capaz de reproducirse y mantenerse por sí mismo.

“La pregunta básica que me hice fue qué es lo vivo y qué muere, o qué tiene que estar pasando en su interioridad en un ente para que yo, mirándolo desde afuera, pueda decir que es un ser vivo”, explicó en 2019 el propio Maturana a BBC Mundo.

En palabras simples, esta teoría plantea que todo ser vivo es un sistema cerrado que continuamente está creándose a sí mismo, por lo que a su vez está reparándose, manteniéndose y modificándose. Probablemente el ejemplo más gráfico sea el de una herida que está sanando.

“Los seres vivos somos sistemas autopoiéticos moleculares, o sea, sistemas moleculares que nos producimos a nosotros mismos, y la realización de esa producción de sí mismo como sistemas moleculares constituye el vivir”, indicó el biólogo.

De hecho, el propio nombre de este concepto engloba dos decidoras palabras tomadas del griego: “auto” (a sí mismo) y “poiesis” (creación).

“Los seres vivos mantienen su forma mediante el continuo intercambio y flujo de componentes químicos”, los que son creados por el propio sistema, añadió.

Cabe señalar que la autopoiesis fue seleccionada por la prestigiosa Enciclopedia Británica como una de las seis grandes definiciones científicas de vida.

“A diferencia de las máquinas, cuyas funciones gobernantes son insertadas por diseñadores humanos, los organismos se gobiernan a sí mismos”, publica la enciclopedia en inglés de conocimiento general.

“La autopoiesis se refiere a los aspectos de los sistemas vivos que se autoproducen, se mantienen a sí mismos, se reparan a sí mismos y se relacionan a sí mismos”, agrega la publicación.

En una entrevista con Cristián Warnken de 1995 en su programa La belleza de pensar, Maturana señaló que el concepto nació a raíz de una pregunta que le hizo un estudiante a inicios de los 60.

“El concepto de autopoiesis surge en mí, en el intento de contestar una pregunta que me hace un estudiante en 1960 en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Yo dictaba en esos tiempos curso de biología. Me preguntó: Doctor, usted dice que los seres vivos comenzaron hace tres mil ochocientos millones de años. Por tanto, ¿se puede decir en base a lo que usted dice que comenzaron en ese entonces?”, recordó.

“¿Cómo se yo, que lo que estoy diciendo que constituye un ser vivo, constituye un ser vivo? Cómo se yo si lo que contesto, contesta lo que pregunto. Una pregunta bien fundamental, porque te cambia el modo de mirar”, reconoció.

“Pensando en lo anterior, me di cuenta que lo central de los seres vivos es su autonomía. De ser sistemas tales que, todo lo que pasa con ellos, tiene que ver con ellos. Que lo externo no especifica lo que les pasa, sino que gatilla procesos que tienen que ver con ellos. Entonces me dedique a pensar ¿qué tiene que pasar en las dinámicas fisiológicas, en las dinámicas moleculares, para que surja un sistema, un ente que tiene esas características?”, continuó.

Maturana reconoció que tardó tres años en poder responder la pregunta de su alumno.

“Me doy cuenta de lo que pasa con los seres vivos refiere a que todas las moléculas que los componen se producen allí. Entran y salen moléculas, formando un remolino de producciones moleculares. De esta manera, las moléculas que se van produciendo anticipan la producción de las mismas clases de moléculas, constituyendo una unidad discreta”, mencionó.

“Y es a eso a lo que he llamado autopoiesis“, concluyó.