Una ambiciosa firma de arquitectos presentó un innovador proyecto: la primera ciudad sustentable en Marte que pretende albergar a 250 mil personas.

La idea está en las manos de la empresa española-estadounidense ABIBOO y fue elegida por ‘The Mars Society’ luego de una convocatoria para desarrollar proyectos humanos en el planeta rojo, mientras las grandes potencias se preparan para una nueva carrera espacial.

ABIBOO

Dicho proyecto fue titulado como ‘Nüwa’, nombre que deriva de una diosa china que protege a los humanos. Esta innovadora ciudad estará ubicada sobre la ladera de un acantilado para construirse en forma vertical.

Se han elegido cinco ubicaciones en lugar de una para mejorar la resistencia, el acceso fácil a largo plazo a los recursos y para añadir opciones de movilidad a los ciudadanos de Marte. Por ejemplo Abalos City se encuentra en el polo norte para facilitar la extracción de hielo, o Marineris City, situada en el cañon más grande del sistema solar.

ABIBOO

Aunque el proyecto divide los asentamientos humanos en cinco ciudades, ofrece una solución altamente escalable y flexible que se puede implementar en muchos lugares de Marte, según explica en su sitio web ABIBOO.

ABIBOO

“El desarrollo autosostenible es el núcleo del concepto de la ciudad de Nüwa. Para conseguir ser autosostenible, es necesario que un asentamiento en Marte pueda obtener todos los recursos a nivel local. Después de una corta fase inicial basada en las inversiones de capital y los suministros de la Tierra, el sistema debería ser capaz de mantener su crecimiento sólo con recursos locales”, agrega.

ABIBOO

Para llegar desde la Tierra a Marte, debería funcionar un servicio de lanzadera regular, con ventanas de lanzamiento que se abrirían cada 26 meses aproximadamente y que durarían entre uno y tres meses.

ABIBOO

Para los colonos, un pasaje a Marte tendrá un precio aproximado de $300.000, e incluiría: un viaje de ida, una unidad residencial (25-35 m2/persona), acceso completo a instalaciones comunes, todos los servicios de soporte vital y comida y un contrato de trabajo vinculante para dedicar entre el 60% y el 80% de su tiempo de trabajo a las tareas asignadas por la ciudad.