Por allá en diciembre de 2024, un grupo de astrónomos del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), avistó un asteroide que se alejaba de la tierra.
El objeto, al cual llamaron “2024 YR4”, mediría entre 40 y 100 metros. Durante las semanas siguientes, bajo el uso de simuladores pudieron identificar sus nuevas órbitas.
Los investigadores, basándose en la información más actualizada, afirman que hay un 1,3% de probabilidades de que este mismo asteroide impacte algún lugar de la Tierra el 22 de diciembre de 2032.
Si bien escuchar que un asteroide se dirige hacia nuestro planeta puede ser preocupante pero, por ahora, no debería ser el caso.
¿El asteroide impactará la Tierra en 2032?
El investigador César Fuentes, académico del Departamento de Astronomía de la U. de Chile, en una conversación con BioBioChile, asegura que el sistema solar es caótico.
Y que, en estos contextos donde hay probabilidades de que un objeto choque con la Tierra, “la clase de objetos que se acercan (a la Tierra) nos dan una posibilidad de varios años para entender y calcular de mejor manera la probabilidad de impacto”, asegura.
De hecho, es una buena noticia el que “se haya descubierto este tipo de objeto porque, dentro de las posibilidades de encontrarlo, también se puede hacer algo al respecto con otras pruebas que se han hecho en estos objetos cercanos a la Tierra”, mencionó el investigador.
La probabilidad del 1,3% de que esta roca impacte en la tierra, también significa que hay un porcentaje del 98,7% de que esto no pase, se menciona en el NY Times.
Además, las probabilidades de impacto pueden disminuir con el tiempo, a medida que los astrónomos recopilen nuevos datos sobre el asteroide.
“Esperablemente este objeto va a dejar de ser peligroso a partir de más observaciones, pero va a ser un buen candidato para que el 2032 intentemos, por ejemplo, reflejarlo un poquito”, opina el académico.
En la mayoría de estos casos la probabilidad de impacto baja. Pero, poniéndonos en el lugar de que esta roca golpeara la Tierra, no produciría efectos catastróficos globales, por mucho serían locales, asegura Fuentes.
¿Han sucedido antes situaciones como esta?
El científico, asociado al Centro de Astrofísica y Tecnologías Afines, asegura que sí.
Por ejemplo, el asteroide Apofis, encontrado en 2004 que según informó DW, en 2029 se acercará más que algunos satélites haciéndolo visible a simple vista desde Europa, África y Asia.
Los objetos que han chocado en la antigüedad, con eventos como la extinción de los dinosaurios, etcétera, sopesan en su mayoría una clase de objetos que tiene una órbita de un año aproximadamente, afirmó el investigador.
De aquí a un año se tendrán muchas más observaciones, que permitirán ir viendo si dentro de esas posibilidades, el asteroide se acerca a la tierra se hace más pequeño.
Para dar una idea de cómo son estas probabilidades, César Fuentes dice que debemos tratar de pensar en un ejemplo cotidiano, en aquellas cosas que nosotros consideramos más probables en nuestra vida.
En particular, pasar por situaciones como desarrollar una enfermedad de gravedad o enfrentar algún accidente, es muchísimo más probable que caiga alguno de estos asteroides.