Gracias al telescopio ALMA en Chile, se logró analizar el joven sistema estelar binario NGC 1333-IRAS2A, este sería un avance clave para fijar nuevos objetivos de búsqueda de vida extraterrestre.

Los sistemas planetarios de estrellas binarias se forman de manera muy diferente a los de las individuales, como el Sol, y puesto que casi la mitad de las estrellas del tamaño de la nuestra es del primer tipo, se abren nuevos objetivos en la búsqueda de vida.

Un estudio publicado en Nature y encabezado por la Universidad de Copenhague analizó el joven sistema estelar binario NGC 1333-IRAS2A, gracias al telescopio ALMA de Chile. Este sistema se encuentra a unos mil años luz y está en la mira para entender las características de su formación.

“El resultado es emocionante, ya que la búsqueda de vida extraterrestre contará con varios instrumentos nuevos y extremadamente potentes en los próximos años. Esto aumenta la importancia de comprender cómo se forman los planetas alrededor de diferentes tipos de estrellas”, indicó el autor principal de la investigación Jes Kristian Jorgensen.

Estos resultados “pueden señalar lugares que serían especialmente interesantes para sondear la existencia de vida”, agregó el profesor de la Universidad de Copenhague.

El equipo analizó el citado sistema estelar binario, que está rodeado por un disco formado por gas y polvo. Las observaciones se completaron con simulaciones por ordenador, para ver no solo su actual momento de evolución, sino también hacia adelante y hacia atrás en el tiempo.

Sistemas planetarios de estrellas binarias

En los sistemas estelares binarios, el movimiento de gas y polvo no sigue un patrón continuo. En algunos momentos se vuelve muy fuerte, lo que hace que sea de diez a cien veces más brillante hasta volver a su estado normal.

Ese patrón cíclico puede explicarse por la dualidad del sistema. Las dos estrellas se rodean mutuamente y, en determinados intervalos, su gravedad conjunta afectará al disco de gas y polvo. Así caerán enormes cantidades de material hacia la estrella.

Esta circunstancia desgarrará el disco de gas y polvo y, aunque el disco volverá a formarse, los estallidos podrían influir en la estructura del sistema planetario posterior. Así lo explicó Rajika Kuruwita, otra de las autoras del estudio.

El sistema estelar observado es todavía demasiado joven para que se hayan formado planetas. Es por esto que el equipo espera obtener más tiempo de observación en ALMA, lo que permitirá investigar la formación de estos sistemas planetarios.

El equipo también destacó la importancia de los cometas. “Es probable que desempeñen un papel clave en la creación de posibilidades para la evolución de la vida”, recordó Jorgensen.

Los cometas suelen tener un alto contenido de hielo con presencia de moléculas orgánicas que pueden ser introducidas en la superficie de un planeta si choca con el asteroide.

En los próximos años, nuevos instrumentos se unirán a la búsqueda de vida extraterrestre, como el telescopio espacial James Webb, que en breve estará operativo. Además, al final de esta década se incorporará el Telescopio Extremadamente Grande (ELT) y el radiotelescopio SKA.

La combinación de todos ellos, junto con ALMA, proporcionará, según Jorgensen, “una gran cantidad de resultados interesantes”.