6 de enero, numerosas delegaciones de distintos territorios del Wallmapu (territorio mapuche), encabezados por sus Toki y Werken, guerreros, machi, familias; por otro lado, oficiales españoles, encomenderos, líderes religiosos, encabezados por el gobernador español, se reúnen para un acto único en la historia del continente.

El Imperio Español, luego de haber sometido a las demás naciones de América, reconoce oficialmente como independiente a la Nación Mapuche y juntos, acuerdan la paz.

Se ofició una misa y ceremonias religiosas mapuche, se intercambiaron obsequios y se enterraron algunas armas españolas y mapuche para simbolizar el fin de la guerra.

Este evento, conocido como el Parlamento de Quilín, ocurrió en 1641, casi cien años después de iniciada la Guerra de Arauco.

Los principales efectos de este acuerdo son los siguientes:

1. Se reconoció la soberanía mapuche, estableciendo como frontera Norte el río Bío Bío.

2. Compromiso de los españoles a destruir el fuerte de Angol.

3. Los mapuche conservarían su libertad, sin ser obligados a servir ni sometidos a esclavitud.

4. Liberación de los prisioneros españoles que los mapuche mantenían en cautiverio.

5. Se permitió el ingreso de misioneros al territorio mapuche para predicar el cristianismo.

6. Alianza militar mutua, y el compromiso mapuche de no aliarse a otros extranjeros.

Posteriormente, el parlamento fue reconocido por el Rey Felipe IV en la Real Cédula del 29 de abril de 1643, aprobando este parlamento y de esta forma lo convierte en un tratado internacional.

Entre las razones para llegar a este tratado, la principal se debe a “Rebelión Mapuche de 1558” liderada por los Toki Pelontraro (Pelantaro) y Ankanamun (Anganamón) que implicó la muerte del gobernador Óñez de Loyola, la aniquilación de gran parte de sus fuerzas militares y destrucción de las ciudades españolas al Sur del Biobío (solo se salvó Chiloé).

El gran imperio español, una potencia que gobernaba buena parte del mundo, que sometió a otros enormes imperios como el Azteca o el Inca, tuvo que buscar la paz con la única nación que se mantuvo en pie, los mapuche.

A partir de Quilín se inicia una serie de tratados entre ambas naciones, cada una reconociendo a la otra como tal, con cláusulas diplomáticas y comerciales que los antiguos mapuche aprovecharon desarrollando una intensa economía de mercado, se hicieron productores de tejidos, ganado, sal, entre otros productos que vendieron a las colonias españolas. Con la plata obtenida en este comercio es que se desarrolla el arte de la platería mapuche, actividad que nos enorgullece por sus creaciones que perduran hasta el día de hoy.

Como ven, cada 6 de enero, hay harto por celebrar, es el día en que conmemoramos nuestro día como nación, y por sobre todo celebramos la paz. Paz que además nos trajo desarrollo político, económico y prosperidad.

Por este motivo es que te invitamos, este 5 y 6 de enero, a izar en tu casa la bandera mapuche (Wüñelfe o Wenufoye, cualquiera de las dos, no te compliques), o a colocarla en tu auto, moto, mochila, donde sea.

Y bueno, si éramos tan ricos, libres y prósperos, ¿por qué llegamos a la situación de hoy? Les dejo la inquietud para que puedan indagar.

Eric Melillanca Torres
Ingeniero Civil en Informática.
Magíster (C) en Ingeniería Industrial Presidente de Corporación de Desarrollo Mapuche Trawün.