El 6 de mayo de 1980 murió, producto en el Hospital El Salvador de un coma hepático masivo, María Luisa Bombal. Una escritora fundamental en la literatura chilena y latinoamericana, tan enigmática y cautivante en su vida y en su obra como La niebla o el fantasma de uno mismo.

Con una obra limitada –dos grandes libros y unos cuentos-, escrita casi toda antes de los 30 años en Buenos Aires, fue amiga de Jorge Luis Borges, Federico García Lorca, Gabriela Mistral y Alfonsina Storni, entre otros. Y sus libros hablan del mundo interior femenino, lejos del realismo y de problemas sociales –tan en boga en esos años-, en las antípodas de la escritura masculina que copaba todos los espacios.

En diciembre pasado se publicó un nuevo libro sobre ella, “María Luisa Bombal, el teatro de los muertos, de Diego Zúñiga (Racimo, Niños heroes). Un libro bien escrito que recorre su vida para dar una mirada amplia sobre esta escritora que, postulada 4 veces (1974, 1976, 1978, 1980) al Premio Nacional de Literatura y teniendo méritos de sobra, nunca lo obtuvo. Incluso habiendo adherido y alabado a la dictadura, tal vez como una forma de obtener un reconocimiento que necesitaba, por razones económicas como emocionales.

memoriachilena.cl (c)
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María Luisa Bombal era de familia adinerada, pero su vida tuvo un primer quiebre al morir su padre cuando tenía 9 años. Era su regalona, algo muy importante considerando que tenía dos hermanas menores, mellizas, más hermosas que ella.

Su madre decide irse a París, donde logra hacer negocios y que sus hijas estudien. María Luisa estará en el Colegio Notre-Dame de l’Assomption (internado católico) y luego en el Colegio Sainte Geneviève (monjas). A los dieciocho ingresará a la Facultad de Letras de la Universidad de Sorbona. Además y en paralelo, estudió arte dramático en l’Atelier con Charles Dullin (clases con Antonin Artaud y Jean-Louis Barrault) y violín con el maestro Jacques Thibaud.

Pero a su regreso, se cruza con Eulogio Sánchez Errázuriz, un hombre casado, adinerado y pionero de la aviación. Enamorada, será su amante y, ante la negative de Sánchez e separarse, se va en 1933 a Buenos Aires, donde es acogida por Pablo Neruda en su residencia diplomática.

“Neruda influenciando a Bombal, y Bombal influenciando a Neruda. Rastrear cómo ella intervino en la escritura de “Residencia en la tierra”. Cómo esas conversaciones, esa cotidianidad, esas lecturas en voz alta en aquella cocina, esos diálogos constants sobre las palabras, influyeron en la poesía de él.” (pp 39) (Neruda invita y acoge a Bombal en su residencia en Bueños Aires, donde escribe La última niebla)

En Buenos Aires (una gran metrópoli que tenía, por ejemplo, un Mercado con escaleras mecánicas) conoce a Federico García Lorca, Borges, Gabriela Mistral y Victoria Ocampo, entre otros. Y escribe “La última niebla” y “La amortajada”, sus mayores obras.

“La literatura de Bombal discute con ese machismo que impera en la narrative chilena de aquellos años y le da a sus personajes el lugar que les corresponde: una voz, un espacio, un cúmulo de motivaciones tan importantes como silenciadas.” (pp 49)

Las obras de Bombal y un puñado de latinoamericanas son “novelas, cuentos escritos para el futuro, texto que no fueron comprendidos en su momento: la poesía, los deseos, las imágenes oníricas, la intimidad, la vida privada, los afectos que se desbordan y en los cuales indagan estas narradoras con un ímpetu brillante, politico en muchas de ellas” (pp 97)

María Luisa Bombal regresa después de 8 años al país (fines de 1940), y a principios de 1941, le dispara, en las afueras del Hotel Crillón, a Eulogio Sánchez, quedando herido pero fuera de riesgo vital.

María Luisa Bombal queda libre, porque Sánchez no presenta cargos. Viaja a Estados Unidos donde se dedica a calificar el doblaje de películas, a hacer traducciones y treabajar en publicidad, entre otros. Se casó con un noble francés y tuvo una hija, con la que no se llevó bien. Al quedar viuda, se trasladó en 1969 a Buenos Aires y a mediados de 1973 a Chile.

“La figura de Bombal es también la de la mujer fatal que tuvo que abandoner el país a causa de su escandalosa conducta amorosa y, que hay que decirlo, la de la escritora de derecha que, habiendo sido amiga de Pablo Nerura y otros artistas progresistas, no tuvo reparos, en sus últimos años, en apoyar la dictadura militar.” (Lorena Amaro, tercer volumen de Historia crítica de la literature chilena, citada por Zúñiga, pp 106)

“Estoy muy desanimada a ratos y atacada por la gran tentación de Satanás: la melancolía” (pp 115), le dice a Sara Vial en una entrevista.

María Luisa Bombal fue una persona intensa, llena de contradicciones, de zonas luminosas y áreas oscuras, y una vida que parece una novela donde ciertos fogonazos parecieran haberla marcado a fuego para siempre, como la muerte prematura de su padre o el intenso amor no correspondido

“María Luisa Bombal, el teatro de los muertos” es un buen libro, que despertará el interés por una escritora fundamental, cautivante, entregando un panorama amplio (en lo que puede caber en 135 páginas) de su vida, su obra y sus entornos.

Lo que falta, o la curiosidad que ha quedado en mí, es saber más sobre el mundo interior, en la psicología de la escritora.

Ediciones Universidad Diego Portales (c)
Ediciones Universidad Diego Portales (c)

“María Luisa Bombal, el teatro de los muertos”
Diego Zúñiga

Colección vidas ajenas
Ediciones Universidad Diego Portales
Santiago de Chile, diciembre de 2019