Los Increíbles 2 arrasa en la taquilla llenando con niños y adultos (no siempre acompañando a menores) las salas. Es una cinta entretenida, dinámica y con una estética lograda.

Los Increíbles 2 tienen el acierto de combinar una estética de los años 50 con un contexto y dinámica actual. Algo antiguo, ingenuo, en clave contemporánea, a primera vista.

Hasta aquí, todo bien. La primera alerta a hacer es que muchas personas van con niños de pocos años y, aunque sea para “todo espectador”, es evidente que tanto por el nivel de estímulos como por la trama, no es adecuada para todos. Un primer punto es que puede causar miedo y pesadillas en algunos niños: el tema de pantallas de televisión que pueden hipnotizar a las personas y así manipularlas es inquietante y perturbador, en particular para niños sensibles que las usan y que no diferencian ficción de realidad.

Sin embargo, el punto más complejo, en especial si no hay una conversación de los adultos con los niños (ideal después de verla), son los valores o las ideas que hay detrás de la trama de la película.

En ella se plantea que el mundo está lleno de peligros producto de delincuentes y malvados, por errores técnicos, etc., y que los únicos que pueden salvarnos de ellos no son ni las policías, ni las autoridades, ni los líderes políticos, ni -por supuesto- nosotros mismos, simples seres humanos: Sólo nos pueden salvar de los peligros los superhéroes. Nosotros no podemos sino confiar en ellos.

Otro punto, que se desprende del anterior, es que no podemos confiar en las policías, en las autoridades, en los líderes, etc., en nadie salvo en los superhéroes y en nuestra familia (como prolongación de esta familia de superhéroes) y algún amigo puntual. Una soledad inquietante, que deja muy vulnerable a las personas.

Si los anteriores puntos insinúan que no debemos confiar en nosotros mismos ni en la sociedad, este es más complejo. Quien apoya a los Increíbles es un multimillonario que, para volver a que sean legales y dejen de estar proscritos por la ley (y la torpeza de las policías, autoridades y políticos), monta una campaña publicitaria en la que manipula en forma descarada a los medios de comunicación.

En concreto, Los Increíbles 2 plantea que el mundo está lleno de peligros frente a los cuales los ciudadanos no pueden hacer nada salvo invocar a superhéroes para que los salven, y eso sólo es posible si hay algún multimillonario mecenas dispuesto a financiarlos y a manipular las informaciones. Un mundo donde la democracia no vale, sólo los grandes poderes de los superhéroes y del dinero. Hasta la buena voluntad de una dirigente política es poco relevante y los medios de comunicación -fundamentales para cualquier democracia- son poco creíbles y fácilmente manipulados. Y a través de ellos es fácil manipular a la opinión pública…

Los Increíbles 2 es entretenida y atractiva, pero sus mensaje implícitos van en sentido contrario a fortalecer a las personas, al individuo, a las colectividades, las comunidades, la democracia. Va en sentido contrario a promover la libertad y el desarrollo individual, y a la construcción de sociedades sólidas y sanas.