Picasso, Mano erudita ojo salvaje es una exposición imperdible. Más de 130 obras permiten tener una mirada general completa y compleja de uno de los artistas más importantes, creativos e influyentes del s XX.

Si Marcel Duchamp es el símbolo del artista rupturista y expansivo del s XX y Andy Warhol de la masificación del arte (transformándolo en algo fácil, de consumo, pero de enorme influencia en la cultura visual mundial), Pablo Picasso representa fielmente al artista clásico, al creador que se atiene a las técnicas tradicionales (pintura, dibujo, grabado, escultura), que las maneja con maestría para crear formas nuevas de mirar y representar, pero en el marco de ellas.

Picasso fue un gran pintor, precoz en el aprendizaje y dominio de la técnica. Y durante toda su vida se atuvo a la disciplina para crear obras rupturistas, tan avanzadas que hasta hoy podemos ver muchas personas que no lo entienden o que abiertamente lo rechazan, más de 100 años después de que produjera algunas de ellas (imaginemos lo que habrá provocado entonces).

De la misma forma Picasso dominó distintas disciplinas clásicas para hacer obras clásicas en su composición e incluso en los temas que abordó. De esta forma, Picasso es una referencia en una determinada forma de hacer arte que se mantiene vigente hasta hoy.

Por lo anterior, la exposición que se exhibe en el Centro Cultural Palacio La Moneda es una oportunidad única de entender el arte del s XX desde el máximo exponente de una de sus corrientes más importantes.

Picasso, Mano erudita ojo salvaje es una exposición que permite una mirada panorámica de su obra, de su evolución cronológica, de los principales temas que lo obsesionaron, de las diversas técnicas que dominó. Una mirada diversa, rica y equilibrada que será difícil que se vuelva a repetir a mediano plazo en el país.

Por fortuna, se están haciendo colas para poder ver la exposición, a la par que se están realizando talleres para niños realmente entretenidos y estimulantes. Un gran panorama.