La Semana de la Moda Masculina de Milán concluye este martes con una serie de desfiles que proponen para el próximo invierno prendas en las que se mezclan libremente estilos y géneros, lanas y cueros, cazadoras y ponchos, gusto clásico y mentalidad libre.
Vuelve la cazadora
La mayoría de los desfiles propusieron la legendaria cazadora, la chaqueta diseñada originalmente para los pilotos de aviones y helicópteros del ejército británico y estadounidense y que se convirtió con los años, llena de remaches metálicos, en el hito de los raperos.
La firma Costume National, la propone inclusive para la mujer; Salvatore Ferragamo la tiñe de rojo ladrillo y Diesel la lanza como el uniforme indispensable de un hombre moderno.
Mezclar los géneros
La propuesta para este año de la excéntrica Vivienne Westwood, la diseñadora británica, es mezclar los géneros y por ello vistió a sus modelos masculinos con faldas, en ocasiones con los hombros al descubierto y les concedió usar botas de montar a caballo.
El diseñador Alessandro Michele , que entró a Gucci el año pasado, también propuso una moda andrógina, con hombres con cabellos a menudo largos y delicados, que usan accesorios de color rosado con borlas y estampados florales y colores pastel. Para Versace, el hombre es más atrevido aún y usa suéter de mohair color rosado. La casa Prada completó con bolsos para hombres de manera que abandonen las tradicionales carteras y mochilas del pasado.
Bowie
Los diseñadores han dado en las pasarelas un verdadero tributo al “rey del estilo,” David Bowie, tras su muerte el pasado 10 de enero. Su original y elegante música acompañó numerosos desfiles.
En la completa oscuridad, Emporio Armani abrió el desfile con un emocionante clip del rockero británico. Ennio Capasa, de Costume National, hizo desfilar a sus modelos peinados como en la época del álbum Ziggy Stardust, en el que Bowie narra e interpreta la historia de un extraterrestre bisexual de imagen andrógina que se convierte en estrella del rock.
Mirando al oeste
Los sicilianos Domenico Dolce y Stefano Gabbana se inspiraron en el cine de Sergio Leone, los llamados “Spaghetti Western”, para sus nuevas colecciones.
El sardo Antonio Marras posó también su mirada en el oeste, por lo que los vaqueros fueron el punto de referencia de las dos casas. El diseñador Philipp Plein introdujo el patín de skateboard para dar mayor movilidad y modernidad. Gucci, gracias a Alessandro Michele, dio su toque con los flecos tejanos.
Su majestad, el tejido
Milán se rindió ante su majestad, el tejido. La capital italiana de la moda, que alberga en la región talentosos artesanos, aprovechó la ocasión para relanzar prendas tejidas. El saber centenario de la firma Missoni brilló. Para Angela Missoni, los tejidos se elaboran como “las piedras preciosas y deben servir como una armadura de protección”, dijo.
La estilista se inspiró en las mesetas tibetanas para crear sus prendas, cuya pieza clave ha sido sin duda el suéter con “olas”, con restos de lana deshilachados y mezclados con inserciones de plata. Etro y Versace también propusieron suéteres en sus colecciones, de texturas únicas, mohair o seda, tan originales que no se pueden copiar.
Pieles
Los diseñadores vuelven a apostar en el cuero, en particular la casa Fendi, cuya pasarela estaba cubierta de pieles, y donde los modelos, en realidad reencarnaciones de yeti, el hombre de las nieves, llevaban mocasines y abrigos peludos.
Ponchos
La prenda típica de Sudamérica, sencilla y fácil de usar, volvió a aparecer en los guardarropas. Firmas “tradicionales”, como Ermenegildo Zegna y Prada, la propusieron en sus nuevas colecciones, también Dolce & Gabbana, pero bordada con cactus.