Pasado el 18 de septiembre, fecha que coincide con la llegada de la primavera, muchas personas se plantearon inscribirse en un gimnasio y así obtener ese físico deseado para la época estival.

Con el propósito de ver resultados fuiste sin falta 4 días por semana, incluso en algunas oportunidades hasta 5, tomaste clases de spinning, aerobox y hasta zumba, cuyo resultado a fin de mes fue el de una silueta mucho más estilizada, tonificada y hasta envidiable.

Pero debido al poco tiempo, al aumento del estrés y del cansancio tan típico de fin de año, comenzaste a faltar a un par de clases y tus visitas al gym disminuyeron de 4 a solo 2, y como vemos el panorama posiblemente llegarás a ir solo un día.

En ese momento de crisis en que deseas pero por motivos extras no estás motivado te preguntas, ¿cuánto tardará tu cuerpo en volver al punto cero?.

Sea por los motivos que sea, si alguien hace un break (de semanas) en su entrenamiento, acaba dándose cuenta de lo que cuesta ganar la buena forma física y lo rápido que se pierde”, exclama Vanesa Sanz, directora del centro especializado en fisioterapia y entrenamiento personal, V21 a la revista española S Moda. Sin embargo, la buena noticia es que cuando retomas el ejercicio, de forma rápida recuperas tu buen estado.

Si bien ese retorno a las pistas cuesta un poco si no tienes el hábito de hacer ejercicio, antes de deprimirte por haber perdido aquella masa muscular o potencia cardiovascular que tanto costo adquirir, hay que plantearse ¿qué dieta alimenticia llevo mientras me tomo un descanso en el gym?.

Y es que a veces el problema no es dejar de entrenar, pues hay muchos que van de forma regular al gimnasio pero no cambian los hábitos de alimentación. Imaginemos una persona que debe ingerir 2.200 calorías diarias. Si toma 2.300, pero quema 500 con ejercicio, de forma paulatina verá una disminución del peso. En caso que siga comiendo de la misma forma y no haga nada de actividad, claramente sus kilos aumentarán”, es lo que señala Vanesa Sanz a la revista femenina.

Si tenemos claro que cambiar el gimnasio por las visitas constantes a nuestro refrigerador es letal, hay muchas personas que se preguntan si tal hábito afecta a todos por igual. La respuesta según la especialista es NO.

En este plano ella sostiene que si fuiste al gimnasio por un periodo de 2 meses consecutivos y después congelas tu plan por un mes, es mejor despedirse de las mejoras cardiovasculares obtenidas y posiblemente cuando regreses te asfixiarás un poco al subirte a la trotadora.

Pero no todo es tan terrible, pues la experta señala que pese a darte este break conservarás casi la mitad de la potencia muscular ganada, incluso hasta por seis meses después de abandonar el gimnasio. Si bien no se mantendrá intacto, por ejemplo: las fibras concéntricas pierden más fuerza que las excéntricas, en otras palabras, te costará más cargar con el pedido de fin de mes al momento de ir de compras y adquirir muchos productos.

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Pero más que perder el hábito y volver a tu cuerpo inicial, el que juega un rol importante es el factor psicológico, ya que si no habías instaurado tal comportamiento fitness a tu vida es fácil desmoronarse y deprimirse. Pero si ya tuviste ese hábito deportivo te costará menos volver a tu antigua rutina.

¿Y qué pasa con aquellas personas que llevaban meses o hasta más de un año sudando la camiseta en el Gym? En este caso el tono muscular no se pierde tan rápido aunque todo depende de los motivos por los cuales dejaste de entrenar, y por lo general se tardan semanas en empezar a ver el cuerpo más blando.

Molly Galbraith, preparadora física y cofundadora de Girls Gone Strong va más allá y en una entrevista al medio español condiciona la pérdida de fuerza muscular a los motivos del cese de la actividad.

Si se dejó de ir al gym por una enfermedad, el cuerpo estará estresado y en dos o tres semanas ya se notarán cambios importantes. Muy diferente si estás sano y realizas ejercicio liviano, en ese caso puedes descansar hasta cinco semanas sin una pérdida significativa.

Con relación a la resistencia cardiovascular, el experto en deporte y nutrición Edward Coyle estudió cómo afectaban doce semanas de sedentarismo a atletas habituales.

Los resultados a dicha indagación concluyeron que con tan solo 12 días sin sudar la camiseta ya habían perdido el 50% de las enzimas sanguíneas relacionadas con la resistencia, mientras que el VO2max (la capacidad máxima de un ser humano para ingerir, procesar y usar el oxígeno durante el ejercicio físico) se había reducido en un 7%.

Sin embargo, la buena noticia que arrojó tal investigación es que a medida que avanzaban las semanas, su corazón tampoco perdía tanta capacidad. De hecho, al final del estudio, solo andaba un 18% menos fuerte que mientras entrenaban. La falta de ejercicio tampoco había afectado a los pequeños capilares que llevan el oxígeno a los músculos. En resumidas cuentas: tres meses después estaban solo un poco peor.

Escenario en que hay que preguntarse ¿Y cómo se retoma el ejercicio?
De acuerdo a esa interrogante la profesional reveló al medio español que “es más fácil para quienes ya tenían un hábito deportivo, pues tienen una mayor motivación por volver a recuperar aquel cuerpo de gym y saben que pueden hacerlo, e incluso les da envidia si el de al lado puede y el no. En cambio, a los que llevaban poco tiempo con esta dinámica claramente les costará un poco más.

Para estos últimos el gimnasio será un lugar aburrido y para no ir, siempre habrán excusas. En ese escenario la experta aconseja que se unan a algún amigo que va de forma frecuente o en caso contrario, pidan la ayuda de un entrenador personal que los estimule e impulse a entrenar de forma periódica.