La adolescente judía Ana Frank, cuyo diario ha sido leído por millones de personas, falleció al menos un mes antes de la fecha oficial de su deceso, según las conclusiones de un nuevo estudio publicado este martes.
La investigación “arroja nueva luz sobre los últimos días de Ana Frank y de su hermana Margot”, indicó en un comunicado la Casa de Ana Frank, durante el aniversario del fallecimiento de la famosa adolescente.
“Sus muertes tuvieron lugar en febrero de 1945″, y no en marzo, precisó la institución.
Ana y Margot Frank murieron en el campo de Bergen-Belsen entre el 1 y el 31 de marzo, anotó la Cruz Roja en aquel momento. Las autoridades holandesas retuvieron a continuación la fecha de 31 de marzo.
La familia Frank se había refugiado en 1942 en un anexo secreto de un edificio de la sociedad de su padre Otto, con el fin de escapar a los alemanes.
La adolescente escribió allí su diario, que se ha convertido en uno de los relatos más emblemáticos de la ocupación, hasta que la familia fue detenida y deportada.
Ana y Margot murieron de tifus en Bergen-Belsen, con 15 y 19 años respectivamente. Su madre, Edith, falleció en Auschwitz y el padre, Otto Frank, el único de los ocho habitantes del anexo secreto que logró sobrevivir al Holocausto, murió en 1980 con 91 años.
Este nuevo estudio recoge el trágico viaje de las dos hermanas, primero hacia Auschwitz-Birkenau y después hacia Bergen-Belsen mientras que los rusos iban ganando terreno por el este.
Los investigadores se han basado principalmente en documentos de la Cruz Roja y del memorial de Bergen-Belsen pero también en “tantos relatos de testigos y supervivientes como fue posible”.
Según cuatro supervivientes, Ana y Margot ya padecían de tifus a finales de enero.
Además, “la mayoría de las muertes por tifus tienen lugar doce días después de la aparición de los primeros síntomas”, aseguran los investigadores, citando al Instituto holandés de Salud Pública.
“Así que es improbable que ambas sobrevivieran hasta el fin del mes de marzo”, precisó la Casa de Ana Frank.
Si bien se sigue desconociendo la fecha exacta de la muerte, Rachel van Amerongen, afirmó: “un día, ellas simplemente ya no estaban allí”.