En una ceremonia realizada en el Salón O´Higgins del Palacio de La Moneda, la presidenta Michelle Bachelet firmó la promulgación de la reforma constitucional, que regula el ejercicio del sufragio de los ciudadanos que se encuentren fuera del país.

En la oportunidad, la mandataria señaló que “lo que queremos una democracia sin exclusiones y sin vetos”.

“Lo que acá triunfa en verdad son dos ideas esenciales, la primera es que la democracia debe entenderse como una tarea permanente de ampliación de los mecanismos de participación de los ciudadanos en los asuntos de la comunidad. Y la segunda, es que no hay distancia ni tiempo transcurrido que pueda privar a un compatriota del derecho a sufragar”, señaló.

En ese sentido, señaló que “el miedo a la democracia es un resabio de la negación de derechos fundamentales que ya no tiene cabida en el Chile de hoy”, en alusión directa a la oposición que evidenció sus aprensiones a la aprobación de este proyecto de ley, y a la Constitución aprobada durante la dictadura.

La Jefa de Estado, calificó la nueva legislación como un “mínimo acto de justicia con quienes tuvieron que dejar nuestra patria, más allá de las razones que hubieran tenido”.

Además, Bachelet se dio tiempo de enviar un saludo a los chilenos que viven fuera del país. “Ellos con sus campañas, sus votaciones simbólicas y con su porfía, pero en el buen sentido, nos recuerdan que aunque diseminados por el mundo seguimos siendo nuestra patria”, señaló.

“Hoy podemos decirles ‘compatriotas se terminan las fronteras políticas, se termina una injusticia, compatriotas bienvenidos a construir en todo el mundo la suerte de Chile’”, finalizó.

La reforma permite a los ciudadanos “que se encuentren fuera del país podrán sufragar desde el extranjero en las elecciones primarias presidenciales, en las elecciones de Presidente de la República y en los plebiscitos nacionales”.

Se trata de una norma que irá en directo beneficio de unos 500.000 de los 850.000 chilenos que viven en el exterior, según datos de la Cancillería de Chile, y que podrían votar a partir de las próximas elecciones presidenciales de 2017.

En nuestro país hay actualmente 13,4 millones de electores, de un total de casi 17 millones de habitantes, que están inscritos de manera voluntaria.

Durante las elecciones realizadas en diciembre pasado que ganó Bachelet, los chilenos en el extranjero realizaron sufragios simbólicos en ciudades como París, Barcelona, Sidney y California, y también por internet.

El voto en el exterior fue tratado por primera vez por el Congreso de Chile en 1991, después de acabada la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), como una aspiración de las bancadas de izquierda, que agrupa a miles de exiliados que salieron del país luego del régimen.

Las bancadas de los partidos de derecha Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional, vinculados a la dictadura de Pinochet, siempre se opusieron a la implementación del voto en el exterior, ya que a su juicio, muchos de los chilenos avecindados en el extranjero ya no tenían vínculos con el país porque vivían muchos años fuera, por lo tanto, no tenían derecho a sufragar.

No obstante, un 75% de los chilenos que viven en el extranjero salieron del país por razones económicas, trabajo o estudio, mientras que apenas un 13% son exiliados, según datos oficiales.