La coalición opositora siria pidió ayuda este martes a los líderes árabes para que la comunidad internacional entregue armas “sofisticadas” a los rebeldes, incapaces de inclinar de su lado la contienda, y recibió el apoyo de Arabia Saudita.

Dirigiéndose a la cumbre de la Liga Árabe que se celebra en Kuwait, Ahmed Jarba, líder de la Coalición Nacional opositora, pidió a los líderes regionales “que presionen a la comunidad internacional para que cumpla su promesa de entregar armas sofisticadas a nuestros revolucionarios”.

Poco antes, el príncipe heredero de Arabia Saudita acusó a la comunidad internacional de haber “traicionado” a la rebelión siria, carente de armas suficientes para imponerse en su guerra contra el régimen del presidente Bashar al Asad.

“La resistencia siria legítima ha sido traicionada por la comunidad internacional, que la ha convertido en una presa fácil en manos de fuerzas inicuas”, declaró el príncipe Salman Ben Abdel Aziz al abrirse la cumbre anual de la Liga Árabe.

El príncipe saudí, cuyo país es uno de los principales padrinos de la rebelión siria, se refería a las promesas incumplidas de armar a la insurgencia para que combata mejor a las tropas del régimen de Damasco, apoyado a su vez por Rusia, Irán y el Hezbolá libanés.

“Para salir del bloqueo en Siria, hay que favorecer un cambio en el equilibrio de fuerzas en el terreno, facilitando el apoyo que merece la oposición, representante legítimo del pueblo sirio”, dijo el príncipe saudí.

En cambio, el mediador de la ONU y la Liga Árabe para Siria, el argelino Lakhdar Brahimi, insistió en la necesidad de una “solución política” y pidió que “se ponga fin a la entrega de armas a todas las partes”.

Según fuentes de la oposición siria, Estados Unidos está bloqueando el suministro de armas antiaéreas y anticarro a la oposición por parte de sus aliados. Washington teme que esas armas caigan luego en manos de extremistas.

La aviación está siendo precisamente uno de los puntos fuertes del ejército regular, que se anotó avances significativos en las últimas semanas.

El conflicto en Siria, que a mitad de marzo entró en su cuarto año, ha dejado de momento más de 140.000 muertos, según una ONG opositora, además de millones de desplazados.