El secretario de Estado norteamericano John Kerry y su homólogo iraní, Mohammad Javad Zarif, mantuvieron el jueves una histórica reunión bilateral en la sede de la ONU, tras lo cual Teherán espera alcanzar un acuerdo sobre su programa nuclear de aquí a un año.

El breve encuentro tuvo lugar al margen de un encuentro entre Zarif y los cancilleres de las potencias mundiales del denominado grupo “5+1″ (EEUU, Rusia, Gran Bretaña, China, Francia y Alemania) en el que se agendó una nueva cita sobre el tema el 15 y 16 de octubre en Ginebra.

El encuentro Kerry-Zarif confirma el acercamiento entre Estados Unidos e Irán -que cortaron relaciones diplomáticas poco después de la revolución islámica de 1979- propiciado por la llegada a la presidencia del moderado Hasan Rohani.

Al final de las reuniones, Zarif indicó “la necesidad de continuar estas discusiones para dar el impulso político que se requiere y llegar a un acuerdo en un plazo razonable” sobre el programa nuclear iraní, que Occidente sospecha tiene como verdadero objetivo fabricar una bomba atómica.

Zarif indicó que las potencias e Irán se pusieron como plazo llegar a un acuerdo en un año, y que el nivel de la próxima reunión en Ginebra aún no fue establecido.

De su lado, Kerry celebró “un cambio de tono y un cambio de visión” de parte de Irán, aunque subrayó que quedaba “mucho trabajo por hacer”.

Kerry dijo que Washington podría empezar a levantar en unos meses las sanciones contra Irán si ese país toma medidas rápidas para abrir a la inspección internacional su instalación nuclear de Fordo y reducir el nivel con que ésta enriquece uranio.

Según la jefa de la diplomacia europea Catherine Ashton, que presidió las discusiones en Nueva York, se trató de un encuentro “sustancial, enérgico y con buen clima”. “Tuvimos una discusión sobre cómo avanzaríamos con un calendario ambicioso para ver si podemos hacer progresos rápidamente”, precisó.

Rohani promete negociar de “buena fe”

El presidente Rohani, que ha adoptado un tono más conciliador que su confrontativo predecesor, Mahmud Ahmadinejad, aseguró que su país está comprometido en negociar “de buena fe”.

“Estamos completamente preparados para comprometernos en un proceso para un acuerdo mutuo y negociado y a hacerlo de buena fe”, dijo en una presentación en el Council on Foreign Relations de Manhattan.

Sin embargo, antes de la reunión, Rohani instó a Israel a firmar el Tratado sobre la No Proliferación Nuclear y someter así al control internacional el arsenal atómico que se sospecha posee.

“En tanto existan armas nucleares, el riesgo de su uso, amenaza de uso y proliferación persisten. La única garantía absoluta es la eliminación total”, sostuvo durante una reunión sobre desarme en el marco de la Asamblea General de la ONU.

“Casi cuatro décadas de esfuerzos internacionales para establecer una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente lamentablemente han fracasado. Israel, el único no signatario del Tratado de No Proliferación, debe sumarse sin más demora”, continuó.

Israel nunca ha confirmado ni desmentido las abiertas sospechas del mundo de que posee el arma nuclear. El Tratado de No Proliferación exige a los países signatarios someterse al control de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

El gobierno israelí rechazó de inmediato el llamamiento iraní, acusando a Rohani de buscar desviar la atención del programa nuclear de Teherán.

“El hombre es un experto en trucos”, dijo a la AFP el jefe de la delegación israelí en la reunión de la ONU en Nueva York, Yuval Steinitz.

“En lugar de anunciar que Irán finalmente cumplirá con las resoluciones del Consejo de Seguridad, trata de enfocar la atención sobre Israel”, agregó.

En su discurso del martes en el plenario de Naciones Unidas, el mandatario iraní aseguró que su país no representa “absolutamente ninguna amenaza” para el mundo y pidió a Obama que ignore a los “grupos de presión proguerra”.

“Si (Estados Unidos) evita seguir los intereses a corto plazo de los grupos de presión proguerra, podemos encontrar un marco para administrar nuestras diferencias”, señaló.

En esa misma jornada de apertura de la Asamblea General de la ONU, Obama afirmó creer “firmemente que se debe intentar una vía diplomática”, advirtiendo sin embargo que las “palabras conciliadoras deberán ser seguidas de acciones que sean transparentes y verificables”.