El presidente de Renovación Nacional, senador Carlos Larraín, valoró las palabras del senador gremialista Hernán Larraín, quien pidió perdón por omitir lo que debía hacer tras el golpe de Estado, pero recordó que ante este tema “las culpas son compartidas”.

El timonel de RN dijo que el perdón pedido por el senador Hernán Larraín, “es un asunto de conciencia personal”, y que le hace bien tratar de fomentar un ambiente mejorado en la sociedad chilena sobre hechos ocurridos hace bastante tiempo.

No obstante, acotó que “se suele olvidar que antes del 73 hubo muchos grupos que causaron heridas equivalentes, como por ejemplo lo que hizo el Partido Socialista y el Partido Comunista que desecharon la vía electoral y proclamaron la vía armada, que hablen las armas y hablaron las armas. Entonces, las culpas son compartidas”.

Larraín señaló que en esa época “todos contribuimos en algo a crear una situación de tensión interna durísima. Yo trabajé activamente contra el gobierno de Salvador Allende pero llegué hasta el 11 de septiembre y después me dediqué a tener hijos en grandes cantidades y a alimentarlos”.

Respecto de la participación de la Democracia Cristiana en el golpe de Estado, Larraín dijo que en su caso, “nunca tuve ninguna vinculación con personas de la profesión militar, la Democracia Cristiana chilena sí tenía relaciones con el mundo militar porque había sido gobierno entre los años 64 y 70. Nosotros cero”.

“Algunas personas que hoy día son senadores en la Democracia Cristiana ocuparon cargos en el gobierno militar, sea inicialmente, durante los primeros cinco o seis años la Democracia Cristiana participó en el gobierno militar y lo justificó”.

Larraín añadió que “la admisión de responsabilidad de la izquierda es insuficiente” y agregó que si todos hicieran un esfuerzo equivalente, efectivamente podríamos dejar estas circunstancias atrás”.

“En Chile la izquierda ha elegido ser declarada víctima, y decir que no tuvo relación alguna con las causas del golpe militar y eso es patentemente falso. El golpe militar no ocurrió porque don Augusto Pinochet amaneciera de mala un día y don José Toribio Merino hubiera comido mucho salchichón español la noche anterior, había causas profundas y graves”, sostuvo.