Con aprobación de la censura a la mesa directiva de la Cámara de Diputados, llegó a su fin el largo episodio político originado con la elección del segundo vicepresidente, el independiente Pedro Velásquez, quien mantiene impago más de 280 millones al municipio de Coquimbo.

El monto adeudado es parte de la condena por fraude al fisco, delito cometido cuando Velásquez fue alcalde de dicha comuna.

Minutos antes de la votación, Velásquez rompió su silencio para afirmar ante sus colegas de la Cámara que fue víctima de un montaje y de persecución política, desestimando las atribuciones de la Comisión de Ética que lo sancionó en las semanas previas.

La reclamación de censura fue apoyada por 67 diputados, incluso fue respaldada por Renovación Nacional, partido que junto a la UDI apoyó en su momento la opción de Velásquez.

El diputado Alberto Cardemil asumió que fue un error político respaldar en su momento a Velásquez para que este asumiera en la testera de la Cámara.

Sin embargo, en la oposición no cayeron bien las palabras de Velásquez, sobre todo en las acusaciones que el independiente hizo en contra de la Comisión de Ética, las que el jefe de bancada del Partido Socialista, Fidel Espinoza, calificó como “lamentables”.

En la sesión de este martes, se debe resolver la composición de la nueva mesa directiva de la Cámara, en la que no deberían haber grandes sorpresas, puesto que se mantendrían en la presidencia Edmundo Eluchans y en la primera vicepresidencia Joaquín Godoy, mientras que el más probable sucesor de Pedro Velásquez será el también independiente Roberto Delmastro.