De aquí a noviembre el gobierno cumple su última etapa y podría inaugurarse un período de desembarco de autoridades que buscan regresar al sector privado. Se trata de personeros ausentes de optimismo respecto de la continuidad de la administración aliancista.

Tal como el desalojo concertacionista de antaño, esta vez es el turno del desembarco a 7 meses de que concluya la administración que encabeza el presidente Sebastián Piñera.

Hay autoridades de gobierno que derechamente buscan empleo en el sector privado -desde donde provienen y pretenden regresar- para comenzar el abandono de su servicio en el sector público, a raíz de la incertidumbre que provocará un eventual cambio de administración.

El período de desembarco podría haberlo inaugurado -por ejemplo- la repentina salida del seremi de Salud de la región del Bío Bío, Boris Oportus. Pese a la especulación política, el intendente Víctor Lobos desestimó que eso suceda en la zona.

Pero no sólo las salidas de autoridades provoca problemas, sino que el cómo reemplazarlas a pocos meses del término de las elecciones presidenciales.

Ejemplo de aquello es la tardanza en el nombramiento del vocero de Gobierno en el Bío Bío, cargo en otras regiones y nivel central clave en un año decisivo en términos de continuidad oficialista, lo que también negó el intendente.

Las próximas salidas pudieran darse en el Sename los próximos días, dirección cuestionada incluso antes de asumir; y también en el Sernam, por ausencia de apoyo político, según comentan fuentes de Gobierno.

La vocería en tanto no quedará en manos de ninguna de las figuras iniciales. Así se descarta a Félix Vera, actual coordinador de Seguridad Pública; Henry Campos, jefe de gabinete del diputado Jorge Ulloa; José Sepúlveda, comunicador de la Seremi de Justicia; Gabriel Torres, ex concejal de Hualpén y aún se espera la aprobación a un último nombre que sería el de consenso, aún en secreto.