Copiapó celebró los 268 años desde su fundación y su historia a comienzos del siglo XXI parece enfrentarse a una serie de oportunidades, las cuales de ser bien canalizadas podrían constituirse en un punto de inflexión para su desarrollo futuro. El problema: superar dificultades complejas que permitan transformar la bonanza económica en desarrollo y calidad de vida para la comunidad.

Muchos hablan del Atacama de hoy como una región “pujante”, de “oportunidades” y de “cambios; lo claro y palpable en la cotidianidad es que la zona y su capital regional viven una serie de transformaciones que de plasmarse de manera armónica, podrían encumbrar a la ciudad en una de las de mejores ciudades del país.

Las cifras económicas regionales en los últimos dos años denotan con claridad esa realidad. El auge económico que ha dinamizado la minería, se ha traducido en excelentes indices en términos de empleo, buenos salarios, alto ingreso percapita e inversión. Las inmobiliarias y constructoras han puesto sus focos en sus terrenos , sobretodo considerando que al año 2020 se espera que la población de Copiapó se duplique. El parque automotriz crece exponencialmente y durante este año en el aeropuerto Desierto de Atacama ha desembarcado más del doble de los pasajeros que lo hicieron el 2011.

Sin embargo, otros muchos aspectos parecen contrariar ese proceso o retrasarlo. Escasez energética y problemática hídrica conviven con otras como la falta de personal, infraestructura y especialistas en la salud y las graves deficiencias administrativas, en equipamiento y en resultados en educación. Falta importante de áreas verdes o lugares de esparcimiento parecen ser sólo un detalle frente a otros déficit de la ciudad.

Se agrega las demandas de los gremios del sector público regional que solicitan que la región sea declarada “Zona Extrema”, dado el marcado alza en el costo de la vida y la serie de “menoscabos” que ha traído el aumento demográfico en ámbitos como la salud. La escasez de viviendas sociales por los altos precios terreno y el elevado costo de insumos para las constructoras dificultará, según ha indicado dirigentes de la CCHC, solucionar el problemas de los campamentos que han proliferado en la ciudad.

Las externalidades del trabajo que por décadas han desarrollado las mineras tampoco escapan de esta mirada. Relaves gigantescos en el corazón de la ciudad como la planta de Ojancos, de propiedad de Sali Hochschild, se transforma en el mayor ejemplo de una ciudad que crece y que se enfrenta a paradojas como construir un mall en las inmediaciones de un cerro de desechos mineros como dicho relave.

Este contradictorio escenario parece ser aún más marcado para el “copiapino” de toda la vida; ese que hace tres años aún no sabía lo que eran los tacos, el alto costo de los arriendos, el comprar agua para beber o el del costo desmesurado de frutas y verduras. Ese que parece ver pasar el “progreso”, el dinero y sofisticados vehículos y preguntarse ¿ Qué pasa en Copiapó?, sin encontrar respuestas, sólo nuevas realidades que, para bien o para mal, ya han cambiado su vida.

Compro agua: la realidad de mineras y consumidores.

Hace alrededor de una década la vida copiapina giraba en torno al río. Era habitual que en las inmediaciones a su cause, la familias disfrutará de dicho entorno. Con los años, las urgentes necesidades de recurso hídrico para mantener la agricultura y la gran minería de la región , más la irresponsable entrega de derechos de agua que contempla nuestra Constitución, hicieron que el río desapareciera.

Lo que queda es una problemática que envuelve a las mismas empresas agrícolas y mineras que indiscriminadamente usaron el recurso sin contemplar el futuro; ese que hoy tiene a otro afectado como es el consumidor de agua potable que se ve obligado a comprar bidones de agua ante la pésima calidad del suministro que entrega la sanitaria de la región, Aguas Chañar.

Cada vez más los acuíferos disminuyen, el agua entregada a la comunidad es más profunda y producto de ello el recurso tiene sales y otros componentes que han perjudicado el color, olor y sabor del agua. Un gran ejemplo de esa realidad es que Copiapó es la ciudad con mayores índices de cálculos renales a nivel país.

Se han realizado esfuerzos. Aguas Chañar, implementó hace algunos meses una planta de osmosis inversa que mejorará la calidad del agua, sin embargo, no habrá calidad de cuales serán los hogares favorecidos por su funcionamiento, aunque el alza de las tarifas se hará a todos los usuarios.

Se contempla que la única solución será la construcción de plantas desaladoras al año 2017. Esa alternativa ya está considerada por el MOP y por Aguas Chañar para poder dar abasto a las necesidades de la industria minera y agrícola. El único y gran inconveniente, es que aún no existe claridad de los dineros para su construcción, aunque lo más probable es que, entre otras vías, se aumenten los cobros a los usuarios de la comuna.

Hasta ese momento, los pequeños agricultores de Chamonate, Toledo y Piedra Colgada probablemente seguirán insistiendo en que riegan sus cultivos con aguas servidas. La gente deberá seguir comprando agua y las mineras deberán continuar comprando derechos de agua a privados , tal como lo hicieron al mismo intendente de Copiapó, Rafael Prohens.

Otras deudas pendientes

La inversión proyectada para Atacama, según economistas y analistas debería superar los 20 mil millones de dólares al año 2020 sólo en proyectos mineros, una cifra impresionante y que profundiza aún más esa sensación que la región, en otros aspectos, aún permanece dormida. Aspectos sensibles , como la escasez de médicos y los bajos puntajes en el simce, son sólo una muestra de esa realidad . A esto se agrega el alza en el costo de la vida y la falta de un plan regulador serio que ordene Copiapó.

Salud: Escasez de médicos, especialistas y exámenes de mayor complejidad

Durante los últimos meses, los conflictos en este este sector han salido a la luz pública debido a una serie de irregularidades denunciadas por los funcionarios de los establecimientos asistenciales, especialmente del Hospital San José del Carmen en Copiapó. Entre las principales denuncias, se mencionaba intervencionismo en todos los ámbitos hospitalarios por parte de la directora del Servicio de Salud, Paola Neuman; además de maltratos reiterados por parte de algunos médicos, entre los que se encontraría el esposo de la directora, Mario Navarro.

En el mes de octubre, la situación hizo crisis, por lo que el Subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, llegó hasta la capital de Atacama donde -tras reunirse con los gremios- adquirió diversos compromisos; los mismos que fueron reafirmados posteriormente, por el Ministro de Salud, Jaime Mañalich y que hasta hoy según indicó Sergio Guaita, Presidente de Fenats del Hospital de Copiapó, no han cumplido.

“En su visita, tanto el subsecretario como el Ministro, aseguraron la presencia de un abogado experto desde el ministerio para fiscalizar y acelerar las investigaciones sumarias en torno a estos hechos y los médicos involucrados, pero eso aún no se ha cumplido”, indicó Guaita.

Tampoco han recibido respuesta del Intendente de la Región, Rafael Prohens, a quien se le entregó una carta firmada por alrededor de 300 funcionarios de planta del establecimiento, donde solicitaban abiertamente la destitución de la actual directora del Servicio de Salud de la región.

Por lo anterior Los funcionarios anunciaron que llegarán hasta el Palacio de la Moneda para entregar una carta al Presidente de la República, Sebastián Piñera, y darle a conocer la compleja situación que afecta al sector.

Situación similar se vive el Hospital Provincial del Huasco, Monseñor Fernando Ariztía, de Vallenar. Entre 8 a 10 médicos renunciaron la semana pasada, siendo los servicios de urgencia, pediatría, obstetricia, traumatología, cirugía infantil y urología los más afectados, quedando con escasos especialistas. La conclusión del director del establecimiento es clara respecto a la crisis: “El personal médico es escaso y cada vez es más difícil encantar a los profesionales para que residan en la región… Una donde la calidad de vida no cumple con los estándares al que sus familias están acostumbradas”

SI a esto sumamos que no existe ninguna oferta en el sector privado más que la Clínica Atacama -que tampoco cuenta con una buena oferta ante situaciones de complejidad mayor- los pacientes deben trasladarse a otras ciudades buscando atención. La inversión en salud, es una de las grandes deudas para Atacama.

Educación: La tarea pendiente de Atacama

Otro de los sectores en que la región de Atacama está al debe con sus habitantes es educación. Durante los últimos años, el desglose del Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (Simce) arrojó preocupantes cifras regionales donde Atacama registra los peores promedios en comparación con los del país.

En 2011, los cuartos básicos de la zona se situaron hasta 13 puntos bajo la media nacional. En los test de Matemáticas y Ciencias Naturales, alcanzaron las 246 unidades, y en el de Lectura 258 puntos, nueve menos comparado con los 267 en todo el territorio.

Similar situación ocurrió a nivel de los octavos básicos: Ocho puntos debajo del promedio nacional en Lectura (250) y en Matemáticas (250), once en en Ciencias Naturales (251) y diez en Historia, Geografía y Ciencias Sociales (249).

A esto se suman otras debilidades, como por ejemplo, el nivel de escolaridad regional que en Atacama llega a 9,8 años, mientras que el promedio nacional de 10,4 años y la escasa oferta de establecimientos municipales bien evaluados.

La educación es uno de los ejes fundamentales del Plan Atacama, que contempla disminuir estas cifras Implementado al menos 2 Liceos de Excelencia Bicentenario (de los cuales hasta la fecha sólo uno se ha concretado); integrando programas de capacitación para docentes y apoderados y planes especiales de apoyo para 104 establecimientos educacionales vulnerables.

El compromiso del Plan Atacama, es que al 2014 los resultados en la prueba Simce deberían aumentar en 10 puntos. Este año, doce escuelas municipales y particulares subvencionadas recibieron una distinción por haber obtenido resultados destacados en la medición Simce 2011, llegando algunos de ellos a subir 70 puntos.

Las escuelas fueron de Vallenar, Huasco, Freirina, El Salvador y Caldera. Copiapó estuvo presente con sólo dos colegios particulares subvencionados, siendo los grandes ausentes los establecimiento municipales de la capital regional, precisamente los que conservan la mayor cantidad de matriculados y los peor evaluados del país.

Calidad y alza costo de vida

La calidad y el costo de la vida es otro factor que afecta los habitantes de Copiapó y la región, situación que ha generado marchas de los integrantes de la Mesa del Sector Público de Trabajadores, agrupación coordinada por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y los Empleados Fiscales a nivel regional.

En el mes de noviembre del 2011 los dirigentes acudieron a la Intendencia para expresar su preocupación ya que, si bien se ha generado una inversión millonaria en el sector minero, este auge económico ha incrementado fuertemente el costo de la vida, afectando al sector público y al grueso de los atacameños.
En ese sentido, el presidente regional de la CUT, Javier Castillo señaló que “lo que están viviendo los trabajadores del sector público, afecta también a la mayoría de los trabajadores de Atacama, ya que no están trabajando en la Gran Minería por las empresas, sino que trabajan en servicios y en otros empleos que no compensan el costo de la vida que tenemos ahora. No somos una región atractiva, el costo de la vida es muy alto. La gente viene aquí, se lleva la plata. En ese tenor nosotros salimos en una manifestación de protesta”.

En 2010, según el Indice de Costo de Vida de Ejecutivos, que elabora el Centro de Estudios en Economía y Negocios (CEEN) de la Universidad del Desarrollo (UDD), Copiapó pasó de 70, 96 a 77, 22; es decir, subió 6,27 puntos convirtiéndose en la ciudad en que más aumentó el costo de la vida de las 15 que contempla el informe.

La medición considera el costo, en 15 ciudades importantes del país, de una canasta de 101 bienes y servicios representativos de hogares de ejecutivos del segmento ABC1, considerando una familia de dos adultos, un niño y un adolescente. La base es Santiago, considerada con el puntaje 100, y abarca nueve categorías: alimentos, vestuario, aseo del hogar, cuidados personales, vivienda, transporte, educación, comunicaciones y entretención.

En 2012, si bien es sobrepasada por Antofagasta -la más cara del país-, se mantuvo en el quinto puesto. El auge minero explicaría los mayores costos de la canasta, donde el arriendo promedio alcanza $ 514 mil al mes. En elementos de cuidado personal y vestuario, los precios de la zona superan en 18% y en 11% a Santiago.

Los costos de vida, no coinciden con la calidad de la misma donde sólo el 14,2%, de los caminos interurbanos están pavimentadas, un porcentaje mucho menor a la media nacional de 21,8%. En cuanto a las áreas verdes, la región cuenta con 3 m2 por habitante urbano, muy lejos del estándar óptimo de 4,8 m2, presentando un déficit de 152 hectáreas.

Las bien llamadas “ Externalidades”

Otro aspecto delicado es la cantidad de relaves abandonados en zonas urbanas que están expuestos a sus componentes. Un estudio realizado en 1998 por Sernageomin con fondos alemanes y que fue materia de una amplia investigación realizada por el Centro de Investigación Periodística (Ciper), ya hablaba de la gravedad del problema.

El estudio, sugería hacer análisis más profundos sobre la problemática e indicaba que la planificación urbana evitara la cercanía de los relaves.

Hasta ahora no existe información clara al respecto. La viviendas se siguen construyendo a los pies de los desechos mineros y no existen estudios que indiquen con exactitud qué impacto tienen sobre la salud de las personas… Tampoco las autoridades planifican hacer un estudio próximo al respecto.

Una de estas áreas abandonadas es Ojancos, de propiedad de Sali Hochschild, calificada como una de las 14 faenas mineras abandonadas más riesgosas del país. Precisamente este sector ha sido elegido como vecino del nuevo Mall Plaza que se desarrollará en la ciudad, sin que hasta ahora nadie -ni propietarios del prooyecto ni autoridades- hayan podido explicar si este factor ha sido considerado en su construcción, si requiere un Estudio de Impacto Ambiental y cuáles serían las medidas de mitigación.

Tampoco existe legislación que limite la extensión de la ciudad hacia estos lugares cuando los planes reguladores tienen su genesis, lo que impide que se restringan actividades agrícolas o deportivas en sus inmediaciones.

Un anhelo para Copiapó

Dos días antes que Copiapó celebrará sus 268 años, Maglio Cicardini asumió su segundo mandato como edil de la comuna. Su discurso reflejo el anhelo que la ciudad pueda sacar provecho de lo que se contempla en inversión para las próximas décadas y que los nuevos habitantes de la ciudad puedan “aportar” al desarrollo de la comuna y Copiapó no continúe siendo un lugar de paso para muchos.

En el mismo sentido, realizó un llamado a las grandes mineras para que su aporte se extienda más allá de lo que dure el mineral, un comentario que refleja la paradoja de la capital regional: una comuna que genera riqueza, pero que no se ve totalmente favorecida por ella.