El Banco Central Europeo (BCE) prestó la suma récord de 529.530 millones de euros a 800 bancos de la Eurozona el miércoles en la segunda operación excepcional de préstamos a 3 años con un interés fijo de 1% con el objetivo de estabilizar el sistema financiero y reactivar el crédito.

Esta operación (cuyo monto es de aproximadamente 712.000 millones de dólares) es similar a una primera llevada a cabo en diciembre pasado, con las mismas condiciones, en la que el BCE prestó a 523 bancos la suma de 489.000 millones de euros.

Esta segunda operación a tres años fue presentada como la última de este tipo por el momento, como recordó el gobernador del Banco Central Austriaco, Ewald Novotny, en una entrevista al Times este miércoles: “No habrá automáticamente una tercera operación”.

Su monto era objeto de especulaciones desde hace semanas y se llegó a hablar de un montante de hasta 1 billón de euros, aunque otros especialistas auguraban una cantidad inferior a la de la primera operación.

Tras este anuncio, las Bolsas europeas se situaron en el verde y el euro retrocedía ligeramente con respecto al dólar hacia las 8:00 hora chilena.

El aumento del número de bancos participantes con respecto a la operación de diciembre se explica por una flexibilización de las condiciones de concesión de los préstamos decidido por el BCE en siete países europeos, entre ellos Francia, Italia y España.

Esto puede permitir que accedan a la oferta bancos de tamaño modesto que juegan un papel muy importante en la financiación de las pequeñas y medianas empresas, las más expuestas al problema de la falta de financiamiento.

Los beneficios en el crédito durante la primera operación aún se hacen esperar, puesto que los bancos de la zona euro son muy reticentes a prestar, al estar ellos mismos en una coyuntura muy difícil y debido a sus importantes necesidades de refinanciación.

En cambio, el flujo de liquidez del BCE tuvo ya efectos positivos en el mercado de los préstamos interbancarios, donde las tasas de interés han disminuido desde principios de año, y en el de la deuda soberana en Europa, aligerando los costes de préstamo de Italia y España.

Los analistas esperan que esta operación tendrá efectos en el crédito a partir del segundo semestre, cuando aumente la demanda con la mejora de la coyuntura.

Esta operación de crédito masivo, en la que “los bancos alimentados por el BCE financian a los Estados en dificultades”, es para algunos una manera indirecta de que el BCE aplique una mayor política de flexibilidad, similar a la de la FED en Estados Unidos, sin contradecir sus estatutos que le impiden financiar directamente a los Estados.

Aunque para otros especialistas, como Jennifer McKeown, de Capital Economics, esta ecuación no es tan evidente: “Incluso aunque los bancos tengan más dinero para invertir (…), no estamos convencidos de que vayan a invertir en obligaciones soberanas con riesgo”.