El ex director del FMI Dominique Strauss-Kahn quedó este miércoles en libertad tras 32 horas de detención, en las que declaró ante la policía de Lille (norte) sobre el caso de proxenetismo del hotel Carlton, aunque tendrá que volver a declarar ante los jueces.

Según una fuente cercana al caso, los jueces de instrucción lo convocarán más adelante para inculparlo o escucharlo como testigo asistido, un estatus intermedio entre el de simple testigo y el de acusado.

El ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) fue convocado el martes por la mañana y puesto en detención provisional por “complicidad de proxenetismo agravado en banda organizada” y “ocultamiento de abuso de bienes sociales”.

Strauss-Kahn fue interrogado sobre las noches libertinas en que habría participado, en especial en París y Washington, para determinar si sabía que las mujeres que participaron en ellas eran prostitutas.

Según su abogada Frederique Baulieu, Strauss-Kahn “está muy satisfecho” de haber prestado declaración “en condiciones de gran serenidad”.

“Se explicó por completo sobre el conjunto de los hechos por los que fue interrogado”, añadió.

El nombre de Strauss-Kahn, de 62 años, fue citado hace varios meses en este caso en el que también están implicados empresarios y policías. Se sospecha que el ex director del FMI participó en fiestas con prostitutas, organizadas y financiadas por algunos de ellos.

Los cargos de “complicidad de proxenetismo agravado en banda organizada” y “ocultamiento de abuso de bienes sociales” son pasibles respectivamente de penas de hasta veinte y cinco de años de prisión.

El cargo de “ocultamiento de abuso de bienes sociales” implicaría que Strauss-Kahn habría estado al tanto del origen fraudulento del dinero del que se habría beneficiado.

Según una fuente cercana a la investigación, el político conocido en Francia como DSK sabía que las mujeres participantes en esas fiestas eran prostitutas. Algunos implicados sostuvieron que no estaba al corriente, pero otros elementos del caso dan a entender que sí.

Según una fuente, DSK dijo durante su detención provisional que no podía imaginarse que esas jóvenes fueran prostitutas, ya que algunas de ellas “se las presentaron funcionarios de policía”.

El ex director del FMI fue interrogado también por funcionarios de la Inspección General de la Policía Nacional sobre sus vínculos con el comisario Jean-Christophe Lagarde, un alto responsable de la región norte que figura entre los ocho inculpados del caso.

Los testimonios sobre el caso señalaron que varios viajes de las prostitutas fueron organizados y financiados por dos empresarios del norte de Francia, Fabrice Paszkowski, directivo de una empresa de material médico, y David Roquet, ex director de una filial del grupo de obras públicas Eiffage.

El último de esos viajes tuvo lugar del 11 al 13 de mayo en la capital estadounidense, en vísperas de la detención de Strauss-Kahn por el caso del hotel Sofitel de Nueva York.

En ese caso, el entonces director del FMI fue acusado por una empleada del hotel, Nafissatou Diallo, de agresión sexual.

La justicia norteamericana abandonó los cargos, pero Strauss-Kahn deberá afrontar un proceso civil en Estados Unidos. El asunto desencadenó además una serie de revelaciones sobre su vida privada, convirtiéndose para unos en un “ogro sexual” y para otros en “víctima” de un complot.

El escándalo de Nueva York, al que siguió el caso del Carlton, puso punto final a las probables ambiciones presidenciales de Strauss-Kahn en Francia, como candidato potencial del Partido Socialista, tras haberle costado su cargo en el FMI.