Tomada por sorpresa por un cuento de hadas que desafía toda lógica, Nueva York vive desde hace una semana en un estado de transe y euforia bautizado “Linsanity”, desatado por las brillantes actuaciones del joven Jeremy Lin, la nueva estrella de básquet de la NBA.

La “Linsanity” (un juego de palabras entre Lin e “insanity”, que significa “locura” en inglés) se ve por todas partes: las ventas de camisetas de los New York Knicks y su nueva figura se han disparado, diarios y revistas lo tienen en su portada y las entradas para los juegos en el Madison Square Garden se revenden a más del doble de su precio original.

Tal es la pasión despertada por el joven jugador de 23 años nacido en California de padres taiwaneses, que la ciudad ya parece haber olvidado en apenas algo más de una semana el triunfo de los New York Giants en el Superbowl de la Liga Nacional de Footbal Americano (NFL).

Lin, descartado por otros dos equipos y procedente de la Universidad de Harvard, ha anotado un récord de 136 puntos en sus primeros cinco partidos como titular en la NBA -por encima de leyendas como Michael Jordan, Shaquille O’Neal y LeBron James-, y ayudado a su equipo a lograr siete triunfos consecutivos.

En la tienda de la NBA en la Quinta Avenida cerca del Central Park en Nueva York, la gente desfila de manera permanente por el sector donde se exponen las camisetas de los Knicks con el número 17 de Lin.

Para Steve Santoro, un universitario de 27 años, Lin representa “el sueño americano”, según el cual todo el mundo tiene la posibilidad de triunfar e imponerse contra los pronósticos aún siendo un desconocido.

“Me encanta. Es increíble. Creo que podemos hacerlo, que podemos ser campeones”, dice el pequeño Richard Thomas, un neoyorquino de 9 años, mientras busca una camiseta de su talla.

Según indicó a la AFP el departamento de comunicaciones de la NBA, la camiseta de Lin es la más vendida desde el pasado 4 de febrero y productos relacionados con el joven base de los Knicks han sido enviados desde entonces a 23 países, entre ellos Taiwan, Hong Kong y Australia.

Las ventas de productos de los New York Knicks han aumentado un 600% con respecto al año pasado y el equipo de la ‘Gran Manzana’ encabeza desde la misma fecha la lista de todas las franquicias de la liga de básquet estadounidense tanto online como en la tienda de la Quinta Avenida.

Lin ocupa páginas y páginas en los diarios locales desde hace varios días y el viernes el tabloide New York Post volvía a tener en su portada una foto del nuevo héroe.

A nivel nacional, la revista deportiva Sports Illustrated le dedicó esta semana su primera tapa con el título “Contra todos los pronósticos”.

En el sitio internet de los Knicks, los fanáticos están eufóricos y los juegos de palabras con el apellido de la nueva estrella se multiplican. “¿La Linsanity es contagiosa? ¿Tienes la gripe Lin”, pregunta Christopher Kelly.

Hasta el presidente estadounidense Barack Obama, gran amante del básquet, dijo estar “muy impresionado” por las actuaciones de Lin.

Con este ataque popular de “Linsanity”, no es de extrañar entonces que la reventa de entradas para los juegos de los Knicks se haya convertido en un negocio lucrativo.

Los precios de los ticket en el mercado de reventa se han más que duplicado en algunos casos para el partido previsto el viernes por la noche en el Madison Square Garden contra los New Orleans Hornets hasta alcanzar un promedio de 683 dólares, según el sitio online TiqIQ.