El peinado es inconfundible, el brillante pintalabios y la voz de maestra de escuela también: la actriz estadounidense Meryl Streep encarna una Margaret Thatcher casi tan auténtica como la original en la “La Dama de Hierro”.

La película se estrena cuando la ex primera ministra británica, que a sus 86 años padece una demencia senil, no es ya más que una sombra de lo que fue, pero la Thatcher poderosa resurge con toda su fuerza en la pantalla.

La película se construye a partir de flash-backs sucesivos que esbozan a grandes rasgos el retrato de la que fue la primera mujer jefa de gobierno de un país occidental, y probablemente la más cuestionada de todos los Premiers británicos.

La directora, Phyllida Lloyd (“Mamma Mia!”), asegura que su intención no era hacer una película política, sino algo “casi Shakespeariano”, la historia de una dirigente formidable pero llena de defectos.

Meryl Streep, de 62 años, admite que sabía muy poco de las políticas de Thatcher antes de aceptar el papel, pero explica que el filme trata más “del coste de sus decisiones políticas sobre el ser humano”.

Así, “La Dama de Hierro” –el apodo que le pusieron los soviéticos– es una historia de ambición, de poder ganado y perdido, pero también de amor, centrada en la relación con su marido, Denis, fallecido en 2003.

La película transcurre en la actualidad mientras Thatcher vacía los armarios que contenían la ropa de su esposo. Conversa con él, interpretado por Jim Broadbent, como si estuviera todavía vivo mientras trata de superar su pérdida.

Mientras habla, recuerda momentos de su vida pasada: su elección a la Cámara de los Comunes en 1959, las vacaciones con sus hijos gemelos, su decisión de liderar el Partido Conservador y su elección como primera ministra en 1979.

La película recrea su lucha contra los “blandos” de su partido, contra la oposición laborista y su discurso triunfal ante el parlamento tras la rendición de las tropas argentinas en la Guerra de las Malvinas en 1982.

Imágenes de archivo muestran las gigantescas manifestaciones contra sus reformas, las grandes huelgas de mineros, y el atentado del Ejército Republicano Irlandés (IRA) en el hotel donde se alojaba durante la conferencia de su partido en 1984 en la costera localidad de Brighton, que costó la vida a cinco personas.

Si bien la película se anuncia como imparcial, la Thatcher presentada despierta más bien compasión, aunque también muestra su intransigencia, que raya casi en el autismo, antes de su dimisión forzada en 1990.

La película, que se estrena cuando un nuevo gobierno conservador somete a los británicos a un plan de ajuste similar al de Thatcher en los años 1980, suscita también controversia.

La decisión de otorgar el papel a una estadounidense ya estuvo rodeada de polémica, a pesar de que la actuación de Meryl Streep ha sido unánimemente elogiada y podría valerle un tercer Oscar.

Charles Moore, que está escribiendo la biografía autorizada de Thatcher, estimó que la interpretación de Streep es “asombrosamente brillante”, porque captura la presencia de la ex primera ministra, su aislamiento en tanto que mujer en el poder, su ambición, y también el precio que tuvo que pagar.

Considera que la película es una oportunidad de superar el argumento del pro y el contra que ha dominado las tres últimas décadas. “Sirve bien al futuro de Margaret Thatcher — mucho mejor, posiblemente, de lo que buscaba”, declaró en el Daily Telegraph.

Sin embargo, Norman Tebbit, membre de los gobiernos Thatcher entre 1979 y 1987, criticó al personaje “medio histérico” y “super sentimental” que interpreta Streep, precisando que no refleja a la mujer que él conoció.

Y Tim Bell, asesor en sus tres exitosas campañas electorales, dice que ni siquiera se molestará en ir a ver la película. “He vivido la historia real. ¿Qué interés hay en leer el libro si uno ha estado ya allá?.

El filme, que se estrena primero en Australia y Nueva Zelanda el 26 de diciembre, llegará el 5 de enero a los cines de España, el 26 de enero a Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, al día siguiente a Brasil y en la primera quincena de febrero a México, según el calendario disponible hasta la fecha.