En Wukan, poblado rural del sur de China, probablemente muy pocos han tenido contacto con Internet. La mayor preocupación de sus habitantes son las sucesivas expropiaciones territoriales y no precisamente el contacto con la pantalla. Sin embargo, y aunque tal vez no se hayan enterado, su conflicto se trasladó hasta las redes sociales, y en un calibre no menor a los enfrentamientos diarios con la policía militarizada.

Bien es sabido que China ha convertido en política de Estado la restricción de múltiples utilidades Web. Tanto es así que fue necesario crear una suerte de Twitter criollo, Sina Weibo. Allí, los usuarios comparten en breves comentarios lo que está pasando, aunque con burdas limitaciones. Tan exageradas como la eliminación de cualquier resultado que corresponda a la búsqueda de la expresión ‘Wukan’.

“De acuerdo a la ley, regulaciones y políticas relevantes, los resultados para el término Wukan no pueden ser mostrados”, responde la microbloging asiática si se intenta por esa vía -según consigna BBC-, utilizando de esta forma, a la par con los cortes de carreteras y la acción policial contra los manifestantes, la censura de Internet.

Y es que el caso de Wukan es particular. En septiembre comenzaron los enfrentamientos producto de la expropiación sin compensación –alegan los campesinos- de la zona, por parte de inmobiliarias avaladas en las autoridades. Los lugareños, descontentos, atacaron edificios gubernamentales e iniciaron así una movilización que ya cobró la vida del líder local Xue Jinbo.

La policía ha sido protagonista del bloqueo en el lugar -afirma AFP-, que hasta ahora subsiste gracias a la colaboración de pueblos cercanos. Junto con lo anterior, destacan las dificultades que se le ha impuesto a la prensa internacional para informar de los hechos, en circunstancias que la china ha guardado una discreción similar a la indiferencia con la noticia.

Producto de la desesperación, algunos usuarios utilizan la abreviatura ‘WK’ en Twitter para expandir las novedades del conflicto, mientras que la gran mayoría ni se ha enterado de su existencia.