Francia no sólo se enfrentará el domingo, en la final del Mundial de rugby, a Nueva Zelanda, uno de los mejores equipos del planeta, sino que también se encontrará cara a cara con su temible Haka, la danza tradicional maorí que su rival ejecuta antes de cada partido.

Francia no podrá, sin embargo, perturbar de nuevo a su rival como lo hizo en Cardiff en el Mundial-2007.

Antes de ese partido (que ganó Francia 20-18), cuando los neozelandeses realizaban su danza, los jugadores franceses se pusieron a menos de un metro de distancia formando una línea de camisetas formando la bandera gala que fue considerado como una provocación.

Para esta edición 2011, el International Rugby Board (IRB, órgano supremo del rugby) ha creado una regla para que se respete una distancia mínima de diez metros entre los jugadores que hacen el Haka y sus rivales.

Esta danza maorí tiene dos versiones, la tradicional “Kama Te”, que los All Blacks ejecutaron en este Mundial antes de los partidos de la fase de grupos contra Tonga, Japón y Canadá, y desde 2005 una versión más guerrera, “Kapa O Pango”, que se acaba con un gesto que simula una degollación.

Esta última versión fue la que interpretaron ante Francia (en fase de grupos el 24 de septiembre), Argentina (en cuartos) y Australia (semifinal).

El Haka suscita distintas reacciones ante el rival. Entre los años 1980-1990, el australiano David Campese optó por la indiferencia y no miraba la danza.

En 1989, al contrario, los irlandeses optaron por el desafío y por primera vez “respondieron” al Haka avanzando con los brazos entrelazados ante los neozelandeses hasta quedarse casi tocándolos.

En 2003, antes de la final del Mundial, los jugadores de Sudáfrica se pusieron un puño en el corazón y cantaron el himno nacional.

Tanto los irlandeses como los sudafricanos terminaron perdiendo.

En 2006, antes de un test-match, el problema fue de protocolo. La federación galesa pidió que el Haka se celebrar antes del himno y no justo antes del arranque del partido, como suele hacerse.

Nueva Zelanda se negó e hizo el Haka en el vestuario antes de entrenar en el campo, donde acabó ganando (45-10).

Ante esta historia agitada, todo el mundo se pregunta que hará Francia el domingo en la final y si intentará de nuevo sorprender al rival.

“Hemos hablado un poco del tema. En 2007 fue muy duro encontrar algo, tenía que ser respetuoso. Hemos vuelto a hablar del tema pero tenemos ideas descabelladas, poco interesantes”, explicó el tercera línea francés Imanol Harinordoquy.

“El Haka es mítico, es algo que nos motiva antes del partido”, dice por su parte el segundo línea Pascal Papé.

“Lo que más divertido es que si miras los Hakas de los años 1950 y 1960 se te das cuento que los de hoy son un poco marketing”, añade Papé.