Este 27 de octubre se estrena “Perro Muerto”, premiada película chilena que mezcla la problemática de ser madre soltera, la pobreza y las desigualdades sociales

Este 27 de octubre se estrena la película chilena “Perro Muerto”, elogiada ópera prima del realizador nacional Camilo Becerra, que cuenta con varios galardones como Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Valdivia (2010) y ganadora del Work In Progress, de SANFIC 2009. Y este 2011 fue seleccionada en la competencia oficial de Toulouse, Francia; en el Chicago Latino, EEUU. y en Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI), Argentina. Además, próximamente en octubre participará de la Competencia Oficial del Festival de Trieste, Italia.

El filme ha logrado reconocimiento y buena crítica en varias certámenes fílmicos, cautivando al público y al jurado, debido a que exhibe un discurso real, claro y preciso, ya que cada uno de los personajes muestra una realidad que no está ajena a lo que ocurre en la actualidad: La pobreza, el maltrato y cómo enfrentar la maternidad cuando aún no se ha madurado lo suficiente.

“La historia nació de la necesidad de contar algo que fuese cercano para nosotros, que tuviese elementos verídicos y que tratara de la temática que nos obsesiona profundamente: las desigualdades sociales que se manifiestan violentamente en la sociedad chilena, en este caso, expresado a través de la historia de una madre adolescente, que como dice la misma palabra, adolece, sufre, de una forma mucho más profunda de lo normal, producto de la agresividad del contexto que habita, uno lleno de carencias materiales, educacionales y afectivas que van mermando sus fuerzas. “Perro muerto” es una historia de profundas soledades, que narra un viaje en círculo”, explica Camilo Becerra, director de la cinta.

Para armar la película su creador recurrió a las historias personales de cada integrante del elenco. “Nos juntábamos a improvisar con los actores, cabe destacar que algunos eran profesionales, pero otros eran actores naturales, luego de eso escribíamos las escenas recopilando lo que habíamos conseguido, para después volver a poner en escena lo escrito, así íbamos afinando aún más el guión, principalmente los diálogos, la idea era que cada personaje tuviese una forma particular de hablar. En el rodaje mismo busqué divorciarme en parte de los actores, para intentar ver cosas que no estaban previstas y que se iban dando de forma natural e intuitiva, incluso fortuita a veces”, agrega Becerra.

La película cuenta con las interpretaciones de Rocío Monasterio, Rafael Ávila, Shlomit Baytelman, Daniel Antivilo, Cristián Parker, Sofía Gómez, entre otras figuras, quienes dan vida a una trama llena de matices sociales.