Policías y habitantes del mayor campamento “ilegal” de Gran Bretaña, el Dale Farm, a unos 40 km de Londres, se enfrentaron el miércoles por la mañana cuando las fuerzas del orden penetraron en el lugar para desalojar a sus ocupantes.

Una cincuentena de policías, oficiales de justicia y topadoras rodearon al amanecer el campamento Darle Farm, donde viven unos 200 gitanos, al cual penetraron a partir de las 07:00 (02:00 hora chilena), seguidos por numerosos periodistas, cámaras de televisión y fotógrafos de prensa.

Numerosos militantes, muchos de ellos con el rostro cubierto por pañuelos, levantaron barricadas para frenar el avance de los policías, contra los cuales lanzaban proyectiles.

Algunas caravanas del campamento fueron incendiadas.

La policía local, que dijo que había intentando negociar con los manifestantes para que desalojaran pacíficamente el lugar, indicó que había detenido a una persona y que había utilizado una pistola eléctrica Taser contra dos manifestantes.

Las fuerzas del orden entraron en el sitio destruyendo un cerco en la parte trasera del campamento, mientras que los policías discutían con los ocupantes en la entrada principal para “distraer la atención”, dijeron algunos habitantes.

La electricidad fue cortada, interrumpiendo el funcionamiento de aparatos médicos de varios ancianos, denunciaron los habitantes.

Al ver llegar a las fuerzas de seguridad, las mujeres estallaron en llanto, indicaron.

“El recuerdo de Dele Farm pesará durante generaciones en el país. Nos echan de las únicas viviendas que tenemos”, dijo Kathleen McCarthy, una residente.

Unas 200 personas, pertenencientes a una de las comunidades gitanas más antiguas de Irlanda, viven en ese terreno de unas 2,4 hectáreas cerca de Basildon, una ciudad moderna al este de Londres.

Los residentes dicen que son propietarios del terreno, pero la municipalidad sostiene que las casas rodantes fueron instaladas en una zona verde protegida y no edificable.

La alcaldía propuso a los residentes viviendas sociales, pero la mayoría las rechazó porque están apegados a su tradicional modo de vida comunitaria en caravanas.

Los residentes de Dale Farm llevaron una larga lucha para evitar el desalojo, recibiendo el apoyo de muchas personalidades, entre ellas la actriz británica Vanessa Redgrave.