Miles de sirios manifestaron este viernes en Siria para afirmar su determinación de protestar hasta la caída del régimen de Bashar al Asad, cuyos actos represivos causaron al menos 12 muertos, según militantes.

El Primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, de visita a Libia, criticó fuertemente al presidente Asad, al afirmar que “ese tipo de dirigente debe comprender que terminó su era porque el tiempo de los regímenes opresores ya acabó”.

Luego de las declaraciones del secretario general de la ONU Ban Ki-moon, quien llamó a una acción internacional “coherente” sobre Siria, destacando las “promesas incumplidas” de Asad, las fuerzas de seguridad sirias siguieron realizando sus operativos y allanamientos, causando nuevas víctimas.

Pero pese a la represión, los manifestantes volvieron a la calle, en especial a Deir Ezzor (noroeste), Homs (centro) y en la provincia de Damasco, bajo la consigna: “avanzamos hasta la caída del régimen”.

Los militantes en el terreno se dicen “determinados más que nunca” a tumbar el régimen, seis meses después del inicio de su revuelta a mediados de marzo.

En Homs, dos manifestantes murieron por disparos de los agentes de seguridad durante manifestaciones que reunieron a miles de personas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y militantes en el lugar.

En Hama (norte), los agentes de seguridad “cercaron la mezquita Saad Ben abi Waqas” en previsión de una manifestación contra el régimen, anunciaron militantes en el lugar, que mencionaron el sobrevuelo de aviones en esta ciudad rebelde que conoció en julio manifestaciones de centenares de miles de personas.

Una persona también murió en el barrio de Nahr Aicha, en Damasco, por disparos de las fuerzas de seguridad, así como otra en Duma, en los suburbios de la capital, según la OSDH.

Cuatro personas murieron y once resultaron heridas en allanamientos en Hilfaya, a 17 km de Hama (norte), mientras una persona murió en la ciudad de Jatab, también en la provincia de Hama, según la OSDH.

Por otro lado, tres personas murieron en las ciudades de Sargé y Kafar Ueid (noroeste) por disparos de las fuerzas de seguridad, que realizaban también allanamientos en ese lugar, según la misma fuente.

Además, la OSDH indicó que se hallaron ocho cadáveres: seis en Jabal al-Zauiya (noroeste) y dos en Homs. La mayoría de esas personas murieron en las últimas 24 horas en operaciones llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad.

La televisión pública siria anunció de su lado que un miembro de las fuerzas de seguridad murió y cuatro resultaron heridos en Basr al-Harir, en la gobernación de Deraa (sur), en un ataque llevado a cabo por “grupos armados”.

Desde inicios de la protesta a mediados de marzo, la represión ha causado más de 2.600 muertos, según la ONU.

Más de 70.000 sirios han sido detenidos, 15.000 de los cuales siguen en prisión, mientras miles se dan por desaparecidas, según la OSDH.