Los partidos que presentaban, a priori, enfrentamientos desequilibrados de la primera fecha en el Mundial de rugby, terminaron siendo duelos muy disputados, en los que las naciones consideradas como medianas o menores plantaron cara a los ‘grandes’ de la disciplina.

En los ocho partidos disputados hasta ahora, las grandes naciones del rugby, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Australia, Inglaterra y Francia, ganaron con una media de 16,7 puntos de ventaja ante sus primeros y más modestos rivales, mientras que en 2007 la diferencia fue de 38,8 unidades.

En la cita planetaria de 2003, las diferencias llegaron a ser aún mayores, alcanzando los 44,5 puntos.

En Nueva Zelanda-2011, no hubo hasta ahora victorias aplastantes, como el 91-3 de Australia a Japón en 2007, o el 70-7 con el que los ‘All Blacks’ humillaron a Italia en la primera jornada del torneo en 2003.

Arrollada en 2003 e incluso en 2007 (76-14) por los neozelandeses, Italia, que cayó frente a Australia de forma honrosa (32-6) el pasado domingo, simboliza la nueva resistencia que ofrecen los equipos menores.

Ante los ‘Wallabies’, la ‘Squadra’ jugó apoyándose en sus armas, especialmente en la capacidad de lucha, y aprovechándose de las condiciones húmedas en las que se desarrolló el duelo.

“Estoy contento por el rendimiento de mis jugadores”, dijo el entrenador sudafricano de Italia, Nick Mallett, pese a los cuatro tries encajados.

Rumania, ante Escocia, también dio un claro ejemplo de cómo resistir, en un partido en el que los europeos del este cayeron (34-24), después de dos tries anotados en los últimos minutos.

Ese ejemplo de lucha también vale para Namibia, que recibió 70 puntos de media en sus debuts en el Mundial, pero que aguantó bien frente a Fiyi, antes de inclinarse (49-25), o para Estados Unidos, que plantaron cara a una Irlanda que se impuso “sólo” por 22-10.

“Físicamente pudimos competir con los pesos pesados del Mundial. Es cierto que estuvimos faltos de acierto en nuestro juego pero estuvimos al nivel”, analizó el pilar estadounidense Mike McDonald.

“Estos equipos supuestamente menores, en cuatro años, progresaron a nivel atlético, pero también a nivel de la velocidad y también juegan de manera más inteligente”, subrayó el tercera línea inglés James Haskell.

En este contexto, los “pequeños” se aprovechan plenamente de la experiencia de sus mejores jugadores, que suelen jugar en Europa (Francia e Inglaterra) o en las franquicias del Super 15, donde militan rugbiers de las Islas del Pacífico (Fiyi, Tonga y Samoa).

“El tiempo en que había equipos considerados menores en el Mundial terminó”, sostuvo el seleccionador Peter De Villiers, de Sudáfrica, vigente campeón y que se impuso en su estreno en Nueva Zelanda con una corta victoria ante Gales (17-16).

Los equipos menores deben seguir demostrando que se encuentran en un nivel superior al que ocupaban en el pasado, y que son capaces de encadenar partidos con un buen rendimiento ante los grandes, que están más protegidos por el calendario de los partidos.

Así, Tonga, que cayó ante el equipo anfitrión, los ‘All Blacks’ (41-10) viernes, y Namibia, que jugó ante Fiyi, volverán a estar sobre el césped el miércoles, mientras que Georgia, Canadá y Samoa disputarán sus duelos en un espacio de cuatro días.

Teniendo ese programación por delante, es difícilmente evitable recibir goleadas.