El ejército sirio lanzó este lunes una nueva operación en Homs (centro) al día siguiente de una ofensiva con buques de guerra contra el puerto de Latakia, en una nueva jornada de represión contra la revuelta que contesta el régimen de Bashar el Asad desde hace cinco meses.

Apoyado por tanques, el ejército entró este lunes en varias localidades de la región de Homs, sobre todo en Hula. El ejército “procedió a registros y detenciones bajo intensos disparos”, y un anciano murió por disparos de francotiradores emboscados, señaló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) en un comunicado.

Otra ONG siria dio cuenta de “un gran número de tanques en el interior de Hula y de disparos de ametralladora”.

“Hay tanques desplegados en algunas zonas y hay milicias, leales al régimen, y agentes de seguridad apostados en todas las carreteras y en los pueblos de los alrededores de Hula, donde borran las pintadas contra el régimen”, afirman los activistas.

En Latakia (noroeste), los militantes de derechos humanos aseguran que sigue la represión tras la muerte de 26 personas el domingo.

Muchos de los habitantes de los barrios de Al Raml y Ain al Tamra, autorizados por el ejército a irse, fueron atacados mientras huían. “Uno de ellos falleció en un puesto de control por disparos del ejército y otros cinco resultaron heridos”, informó el OSDH.

“Los registros continúan en esta ciudad donde resuenan los disparos. Hay francotiradores emboscados en los tejados”, según la misma fuente.

El domingo, los buques de guerra entraron en acción por primera vez desde el estallido de la revuelta en Siria para reprimir las protestas en esta ciudad costera.

La agencia de prensa oficial Sana, haciéndose eco de la versión del régimen, explicó el domingo que las fuerzas intervinieron en Latakia “a petición de los habitantes para perseguir a los grupos armados” e informó de dos policías muertos y 41 heridos, además de desmentir una operación marítima.

Sana anunció el nombramiento de Muafaq Jaluf como nuevo gobernador de Alep (norte), segunda ciudad de Siria, escenario de manifestaciones antirégimen durante las últimas semanas.

Asad ya nombró a nuevos gobernadores, principalmente en Homs, Hama (norte) y Deraa (sur), donde surgió el movimiento de protesta el 15 de marzo.

Desde esa fecha, el régimen de Al Asad anunció algunos cambios políticos de poca monta y reprime a sangre y fuego la revuelta, desoyendo los múltiples llamamientos internacionales para poner fin a la violencia.

En la región, la situación de Siria focaliza todas las preocupaciones. El rey Abdalá de Arabia Saudita y el presidente turco Abdulá Gül mantuvieron un encuentro el domingo en Yedá, a orillas del mar Rojo, para hablar sobre la coyuntura regional.

El presidente estadounidense Barack Obama ya pidió el sábado, junto con el rey saudita, que se detenga “inmediatamente” la violencia del régimen.

Según el diario El País, el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, envió a Siria “en secreto” en julio a su consejero Bernardino León para proponer a Al Asad una salida a la crisis y ofrecerle acoger a su familia.

León viajó solo y sin su pasaporte diplomático. Pero la iniciativa no parece haber dado frutos. “Mi impresión es que no va a ceder en nada sustancial”, dijo a su vuelta León, según el periódico, que cita un diplomático bajo anonimato.

En la localidad cisjordana de Ramalá, unos 400 palestinos hicieron el domingo una sentada en “solidaridad con el pueblo sirio”.

Desde el comienzo de la sublevación en Siria murieron casi 1.800 civiles y más de 400 miembros de las fuerzas de seguridad, según un recuento del OSDH.