El gobierno argentino dispuso este lunes movilizar 6.000 efectivos de Gendarmería (policía militarizada) a la periferia sur de Buenos Aires para reforzar la lucha contra la inseguridad, tras una ola de ocupaciones de tierras por millares de personas sin techo.

La presidenta Cristina Fernández anunció en un mensaje en cadena nacional el lanzamiento del “Operativo Centinela”, a partir del 1 de enero, en distritos aledaños a la capital, para enfrentar la violencia criminal y una ola de tomas de terrenos en demanda de viviendas.

Los 6.000 agentes se sumarán a otros 3.000 gendarmes que venían realizando tareas de control en rutas, estaciones ferroviarias, barrios marginales y ‘villas miseria’ (asentamientos).

Los agentes actuarán en una conflictiva periferia donde viven casi 10 millones de personas, que representan la cuarta parte de la población total del país.

El operativo incluye 400 vehículos de patrullaje y tiene un costo global de 150 millones de pesos (37,5 millones de dólares).

“Pretender que la pobreza es la causa de la delincuencia es no entender que también existe el delito organizado. Ser pobre no es equivalente a ser delincuente”, advirtió Kirchner.

La Presidenta reafirmó la decisión de que la policía actuará sin armas de fuego frente a las manifestaciones sociales.

El Gobierno replegó a la policía hace tres semanas cuando el intento de desalojo de un gigantesco parque público de la capital terminó con la muerte de tres ocupantes de tierras, dos de ellos inmigrantes de Bolivia y uno de Paraguay.