Alrededor de US$ 1.146 millones podría percibir anualmente la zona de la Patagonia si se aplicara en Chile el modelo turístico de Nueva Zelandia, iniciativa que sería impracticable con la concreción del megaproyecto hidroeléctrico de HidroAysén.

Así lo manifestaron ante la Comisión de Turismo de la Cámara de Diputados -que preside el diputado Carlos Recondo (UDI)- el Secretario Ejecutivo del Consejo de Defensa de la Patagonia Chilena (CDP), Patricio Rodrigo, junto al profesor de la Universidad de Chile y consultor en turismo, Fernando Salamanca.

Patricio Rodrigo recalcó que el ingreso por concepto turístico que recibe la Región -ya bajo considerando su potencial- no sólo se estancaría con la realización del proyecto hidroeléctrico, sino que decaería, perdiendo del orden de US$40 millones al año por menor afluencia turística, dejando sin empleo permanente a más de cuatro mil personas.

Sostuvo que una propuesta de la magnitud de HidroAysén, con cinco represas en los ríos Baker y Pascua, y con más de 2.300 kilómetros de línea de tendido para llevar la electricidad a Santiago, representará un enorme impacto que no ha sido evaluado correctamente.

Explicó que, perfectamente, es posible aplicar en Chile el modelo turístico de Nueva Zelanda, en el que es posible vender paquetes a turistas de mayores niveles de ingreso que están dispuestos a pagar mucho dinero por venir a observar una naturaleza remota y muy valorada en el mundo, como es la de la Patagonia.

Para el diputado PS Alfonso De Urresti, los datos entregados tienen una gran relevancia, ya que permiten dar cuenta de la potencialidad turística de la Patagonia chilena, la cual podría verse amenazada por el proyecto de HidroAysén.

“Es un costo que no se ha evaluado de ninguna manera por parte de la empresa: la pérdida de valor patrimonial, la pérdida del paisaje. Ha quedado en evidencia una carencia enorme del proyecto de la empresa”, enfatizó.

Informó que, ante la comisión, fueron expuestos dos modelos turísticos potencialmente aplicables a dicha zona: el modelo argentino, más conservador, pero absolutamente superior al chileno en términos de captación de turismo (proyección de ganancias anuales por US$128 millones); y el neozelandés, de alto impacto y sofisticación, que incorpora la participación de pequeñas y medianas empresas y que presenta altos retornos de divisas (proyección de ganancias anuales por US$1146 millones).