A 4 meses del terremoto del pasado 27 de febrero, aún faltan servicios básicos en los campamentos. El sentimiento de las personas sigue siendo de incertidumbre y aún esperan que lleguen las soluciones definitivas.

4 meses han pasado desde que gran parte del país despertó debido a un teremoto de 8.8° en la escala de Richter -que dejó muchos daños en infraestructura y principalmente en el espíritu de la gente de la región del Bío-Bío que perdió toda una vida de esfuerzo, sacrificio y trabajo.

Gilda Sanhueza es una de esas personas que tenía su casa y gozaba de pequeñas comodidades. Hoy vive en una mediagua en el campamento “Villa Emergencia” que está ubicado en Tomé. La mujer, muy afectada, dijo que aún a 4 meses de la tragedia no están bien, ya que los niños sufren con el frío de las noches e indicó que aún tienen muchos problemas con el agua potable.

Delgadina Macía vivía en Cocholgue y nunca imaginó que tendría que dejar su casa y todas sus pertenencias para cambiarse a vivir a una mediagua debido a los riegos que significa vivir en lo que alguna vez fue su hogar.

La damnificada hizo un llamado a las autoridades para que arreglen con celeridad las rutas de acceso a la localidad costera, ya que en algún momento debe volver a trabajar y tendrá que trasladarse todos los días.

Miles de familias son las que viven en mediaguas en la región del Bío-Bío. Miles de personas que durante semanas debieron vivir en carpas.

Éstos son sólo algunos de los testimonios que indican que todavía queda mucho por hacer para lograr la tan ansiada reconstrucción material y emocional de los afectados por el terremoto y tsunami del 27 de febrero.