Los dirigentes de la Unión Europea (UE) decidió imponer sanciones más severas a Irán por su programa nuclear que las acordadas por la ONU, al apuntar contra el sector nacional clave del gas y el petróleo, lo que ha enfurecido a Rusia.

Reunidos en cumbre en Bruselas, los 27 establecieron una lista de sectores que sancionarán por la falta de cooperación de Teherán sobre su programa nuclear. Las grandes potencias sospechan que el programa nuclear iraní esconde objetivos militares pese a los desmentidos de la República Islámica.

“Nuevas sanciones eran inevitables”, estimó el presidente de la UE, Herman Van Rompuy.

La UE quiere prohibir en particular nuevas inversiones extranjeras y la transferencia de tecnología y equipamientos y servicios en el sector energético, concretamente la vinculada a las técnicas de refinado de petróleo y licuefacción del gas.

Se trata de un punto crucial para Irán, rico en materias primas pero escaso en capacidad de refinado.

En el ámbito comercial, las medidas se centrarán en los productos que pueden ser desviados para fines militares y asimismo establecen restricciones suplementarias en materia de seguros comerciales.

Además, en sintonía con lo defendido por la ONU, los europeos proponen sancionar a la compañía iraní de transporte marítimo IRISL o ampliar las prohibiciones de visados y congelaciones de bienes a los miembros de los Guardianes de la Revolución.

También se cita el transporte aéreo y, en el campo financiero, la congelación de los haberes de nuevos bancos iraníes y las restricciones bancarias y de seguros.

Los ministros europeos de Relaciones Exteriores detallarán el 26 de julio estas medidas, todavía sujetas a cambios.

El gobierno estadounidense anunció el miércoles que también aplicaba las nuevas sanciones impuestas a Irán por la ONU ampliando su lista negra de personas físicas o morales iraníes a las que Estados Unidos congeló sus bienes.

Las medidas europeas y estadounidenses tienen por objetivo acompañar a las de la resolución adoptada la semana pasada por el Consejo de Seguridad de la ONU.

Pero Moscú criticó este jueves la elección de la UE y de Estados Unidos de ir más allá que la ONU. El viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Riabkov, declaró estar “decepcionado” por estas medidas unilaterales.

Con esta opción, Washington y Bruselas quieren ponerse “por encima del Consejo de Seguridad de la ONU”, lamentó, y advirtió que su país podría sacar “conclusiones” de cara a su futura colaboración con ellos sobre este asunto.

Pero los europeos no cierran la puerta a la negociación con Teherán.

Estas sanciones se decidieron “para reforzar las posibilidades de diálogo”, aseguró el jueves el presidente francés Nicolas Sarkozy, mientras que el primer ministro británico David Cameron recordó que “los europeos quieren una solución diplomática”.

“Hoy, Europa pidió a Irán que vuelva a la mesa de negociaciones, la alternativa es un mayor aislamiento de Irán y más dolorosa para la economía iraní”, insistió Cameron.

La jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton, ha reiterado una y otra vez que está dispuesta a conversar directamente con Teherán sobre asuntos nucleares. El 11 de junio se lo señaló por carta al jefe de los negociadores nucleares iraníes, Said Jalili, pero a día de hoy, según una fuente diplomática, no ha recibido respuesta.