Un total de 1.100 hectáreas de los terrenos de la Estación Experimental Germán Greve Silva de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, ubicadas en la comuna de Maipú, se transformaron en el Santuario de la Naturaleza número 11 de la Región Metropolitana.

Durante la ceremonia de inauguración del Santuario de la Naturaleza Quebrada de La Platase lanzaron bombas de semillas para reparar parte del daño que sufrió la zona en el incendio de noviembre del año pasado.

Este 13 de octubre se realizó la inauguración oficial del nuevo santuario, iniciativa que se enmarca en los esfuerzos de diferentes instituciones y agrupaciones vecinales por resguardar esta microcuenca, que destaca por contener una flora y fauna única.

El decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas, Roberto Neira, recordó las numerosas investigaciones que a lo largo de los años innumerables académicos y estudiantes han realizado en los terrenos de la Estación Experimental, y valoró que con esta declaratoria será posible no sólo resguardar su riqueza ecológica sino también su aporte al desarrollo del conocimiento.

El decano Neira hizo hincapié en que, tras los daños sufridos por el Santuario en el incendio del año pasado, se generaron espacios de coordinación con instituciones y organizaciones sociales de la comuna para restaurarla.

Finalmente, explicó que la zona “siempre ha estado abierto a la visita del público: gente que la recorre, visitas de colegios y ciclistas, pero se deberá preparar un manual de uso para que toda la comunidad aprenda a respetar la quebrada, conocer las zonas seguras y lo que se puede hacer, para que pueda recuperarse totalmente”.

Tras la actividad los participantes lanzaron “bombas de semillas” de especies endémicas elaboradas por estudiantes del liceo “Reino de Dinamarca” de Rinconada de Maipú.

Un santuario de biodiversidad

La conservación de la Quebrada de La Plata es un largo anhelo de los vecinos del sector, de las autoridades de la Universidad de Chile, y del Ministerio del Medio Ambiente, debido a su alto valor ecológico y a que se enclava en una zona de la Región Metropolitana donde no existen otras áreas protegidas.

Su valor reside, entre otras cosas, en que la microcuenca provee diversos servicios ecosistémicos como captación de aguas, regulación climática local, captura de carbono y provisión de paisaje y oportunidades de educación ambiental y recreación al aire libre, así como en que en su interior alberga cerca del uno por ciento de la biodiversidad mundial.

Pero la importancia de la quebrada no se reduce a su aporte local, sino que se enmarca en un esfuerzo global. Así lo destacó el ministro del Medio Ambiente, Marcelo Mena, quien hizo hincapié en que el cambio climático “es una amenaza que es extrema, que pareciera que algunos no quieren reconocer e insisten en un modelo de desarrollo que mantiene las emisiones de gases invernadero”.