La región del Bío Bío no está ajena a la problemática del cambio climático que por estos días reúne en París a más de 40 mil delegados de todo el mundo. Un estudio del centro EULA cuantificó en 8 millones de dólares al año el impacto económico de la menor disponibilidad hídrica en la cuenca del Río Vergara.

En los últimos 3 años se ha desarrollado un proyecto que busca cuantificar los impactos económicos del cambio climático a nivel de cuenca, utilizando el caso del río Vergara.

Para esto, se conformó un equipo multidisciplinario donde participaron más de 20 investigadores, liderados por Felipe Vásquez de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo.

En el componente físico, el proyecto contó con el apoyo del Centro EULA de la Universidad de Concepción. Su directora, Alejandra Stehr, espera que debido al cambio climático en la región se produzca una disminución de las precipitaciones y un aumento de las temperaturas, esperándose mayores cambios en la zona cordillerana, lo que redundará en menor disponibilidad hídrica en la región.

Esto ya se ha comenzado a reflejar. En marzo de este año 45 comunas de la región eran abastecidas mediante camiones aljibes, principalmente en las zonas rurales, por la escasez de agua tanto superficial como descenso de la napa de aguas subterráneas.

Los estudios realizados en la cuenca del río Vergara, una de las principales del río Bío Bío, indican que el caudal promedio anual estimado en Nacimiento para el periodo 2010 – 2040 se reduciría en 13% y esta reducción podría llegar hasta un 60% hacia fines de siglo.

Desde el punto de vista económico, esto tendrá efectos sobre la agricultura, industria, generación eléctrica, y sobre el bienestar de la población, impacto que fue cuantificado en 8 millones de dólares al año para las 10 comunas de la cuenca del río Vergara. Sin embargo, no todo el impacto de estos cambios es negativo y también se impulsa la adaptación a estas nuevas condiciones.

Los resultados obtenidos indican que tanto la región como el país presentan una alta vulnerabilidad al cambio climático en general, y a la variabilidad hídrica en particular, algo que también analizan los expertos durante dos semanas en la cumbre del clima en Francia, considerada la de mayor relevancia para el futuro del planeta.