Temido por algunos y esperado por otros, pero queramos o no el mechoneo forma parte de todos los que ingresan a la universidad. Un ritual que, en la actualidad, es duramente cuestionado por atentar contra la dignidad de los estudiantes.

Las bienvenidas de los universitarios han llegado a un punto en que los jóvenes transitan semidesnudos por la calle, algo que la gente debe tomar con normalidad, pero ojo, sólo en marzo, porque quizás en otra época del año se traduciría en personas vagabundas extremadamente sucias.

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La historia y evolución

Bueno, sí, esta “ceremonia” de bienvenida tuvo sus orígenes hace algunas décadas atrás, probablemente cuando nuestros padres eran unos tiernos niños que -en esa época- aún jugaban con tierra.

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Fue en 1960 cuando se instauró y se tornó en una tradición, lo diferente es que en esos años consistía en cortar un mechón de pelo, de ahí el nombre. Tanto ha sido la evolución de esta práctica, que extraer una parte de la cabellera de los universitarios se ha vuelto insuficiente, es así como muchos son rapados o sometidos a cortes que muy pocos entienden.

Sólo basta con salir a las calles para toparse con algún joven con la ropa rasgada, sucio, hediondo y por supuesto pidiendo dinero porque sus compañeros exigen una cuota, con la que seguramente les harán su fiesta de bienvenida.

Algunos universitarios pintan el pelo de los mechones, los obligan a besar la cabeza de un chancho, revolcarse en “piscinas” con basura podrida y aguantar que alguna otra cosa caiga en sus cuerpos. Y es que la emoción por entrar a la educación superior parece que todo lo permite.

Mechoneo original

Luego que diversos sectores de la sociedad comenzaran a criticar esta tradición universitaria, hay estudiantes que han decido comenzar a erradicar esta práctica, que algunos consideran agresiva, y dar inicio a un nuevo tipo de bienvenida.

Existen casas de estudios que cada marzo dan partida a sus campañas de mechoneo “en buena”, incentivando a los jóvenes organizar reuniones que carezcan de cortes de ropa y pelo. Premios en efectivo, paseos y otros, son parte de las cosas que pueden obtener las carreras que se sumen a estas iniciativas.

En 2014 la Universidad Adolfo Ibáñez se sumó al “mechoneo social”, el cual consistía en que los alumnos pintaran las fachadas de casas y otros recintos que lo necesitaran.

En 2012 la Universidad de Talca también protagonizó otro tipo de bienvenida, llevando acabo el “mechoneo solidario”, el cual consistió en que alumnos de derecho llegaron hasta un hogar de ancianos en la ciudad, para acompañar a quienes no tienen a nadie quien los visite. La iniciativa para recibir a los nuevos alumnos, sin que sea una experiencia desagradable, se ha replicado en los siguientes años.

Más al sur, la Universidad Austral de Chile (UACH) en Valdivia, ya se había manifestado en contra de recibimientos que se acercaran a lo agresivo. La Federación de Estudiantes en 2011, mantenía las esperanzas en que los alumnos pudieran recurrir a la creatividad para que la experiencia no se transformara en algo negativo para los nuevos alumnos.

En lo que respecta a las casas de estudios privadas, que muchas veces se marginan de este ritual, en 2010 la Universidad San Sebastián (USS) en Concepción, organizó la construcción de mediaguas en Coronel para las familias que habían sido afectadas por el terremoto del 27F.

Continuando con el típico mechoneo, una polémica se desató durante 2013 en Valdivia, luego que Carabineros multó a un estudiante por estar lucrando sin un permiso municipal en la vía pública, finalmente la sanción no fue cursada, ya que el Juzgado de Policía Local en la ciudad determinó retirar la multa, sin embargo, mantuvo una sanción.

ARCHIVO | Hans Scott | Agencia UNO

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