Dark Souls 3 ya está disponible al público, y ha sido recibido muy bien por la gente y la crítica. Es una serie conocida por ser juegos extremadamente difíciles pero justos, y esta última versión no es la excepción. ¿Pero por qué, si es tan difícil, es que es tan popular?

Suena extraño que un juego que -literalmente- ha causado que la gente destruya sus controles llegue a ser tan querido por todos.

Dark Souls 3 | From Software

Dark Souls 3 | From Software

Dark Souls 3 no es el único, y es solo un ejemplo moderno de la verdadera fascinación que le tenemos a los juegos difíciles. A finales de los 80 y comienzos de los 90, los videojuegos eran todo un desafío, y algunos eran prácticamente imposibles. Llegaba a tal punto que se inventó el término “Dificultad Nintendo” porque llegaba a un nivel ridículo.

Megaman, por ejemplo, es uno de los juegos más difíciles y populares de la época, en conjunto con otros clásicos como Contra y Ninja Gaiden. Son juegos que hoy resultan íconos de una de las primeras épocas de los videojuegos, y aún en la actualidad resulta un verdadero logro poder terminar estos juegos sin usar trampas ni guías.

Ninja Gaiden | Tecmo

Ninja Gaiden | Tecmo

Claro, en esos tiempos era necesario porque los juegos no podían tener tanto contenido, y hacerlos de esta forma extendía el tiempo que te tomaba terminarlo, pero los juegos difíciles se han convertido en una tradición más que en una necesidad en la época moderna, y es una tradición que la gente pide constantemente.

El mismo creador de Dark Souls 3 piensa así, y lo ha dejado en claro cada vez que le preguntan por el asunto. En una entrevista que dio a Gamespot en noviembre de 2015, le consultaron si sentía que su juego había creado un estándar nuevo, a lo cual él simplemente respondió:

“No estoy preocupado de que otros hagan juegos similares. Nuestro éxito simplemente muestra que los jugadores querían títulos así, que son difíciles y representan un desafío, y quieren que otros estudios hagan juegos que logren ese mismo nivel de satisfacción.”

Y ahí está la clave: Satisfacción. Dark Souls es un juego difícil, pero no imposible, y nunca sientes que fallaste por la culpa del juego sino por la tuya. El éxito o fallo en ese mundo depende solo de ti y eso hace que cada victoria se sienta como un logro. Es ese tipo de dificultad la que se plasma también en otros juegos y géneros de este tipo, como los famosos Rogue-Like.

Algunos ejemplos recientes son Nuclear Throne y Binding of Isaac, juegos en los que fallaras constantemente pero en donde cada pequeño logro te impulsa a buscar más, a ser mejor y descubrir lo que el resto de aquel mundo virtual tiene para ti.

Otro gran ejemplo de juegos difíciles pero satisfactorios son los famosos “Bullet Hell”, que se popularizaron gracias a títulos como 1942, R-Type e Ikaruga. Son extremadamente difíciles pero hay una recompensa tangible a lograr pasar cada etapa y los desafíos que te presentan son constantes, pero se ajustan a todas las herramientas que tienes a tu disposición.

Contra | Konami

Contra | Konami

Eso sí, crear un juego difícil no es cosa simple, y de hecho es prácticamente una ciencia. Desde el modo legendario de Halo hasta los pequeños detalles del control en Street Fighter II, la dificultad tiene que ser analizada y ajustada constantemente para lograr esa experiencia. En contraste, juegos como I Wanna Be The Guy son difíciles pero no satisfactorios, y esto es porque no siguen una fórmula establecida sino que simplemente le tiran todo al jugador para frustrarle y dar la ilusión de dificultad.

Eso es lo que se llama la dificultad artificial, y es más común de lo que te imaginas. La mejor definición de esta viene de Paul Suddaby, un programador residente en Canadá que la explica como “El ajuste de las estadísticas de un juego fácil para hacerlo más difícil para el usuario”. Uno de los ejemplos más recientes es The Division, donde los modos de dificultad más altos no cambian la forma en que reaccionan los enemigos o tus habilidades, sino que simplemente les dan más vida y más daño a sus armas, haciéndolos más difíciles de matar en forma artificial y no por mérito del diseño del juego.

The Division | Ubisoft

The Division | Ubisoft

Esa dificultad real es la que nos atrae tanto. Es parte de lo que hace a estos juegos tan entretenidos, algunas veces por sobre la historia y los gráficos que nos presentan. Lo que muchos simplemente resumen como una dificultad alta por el gusto de ser masoquista es, de hecho, un reto que te pone a prueba, que está diseñado no para quitarte la esperanza de ver el final del juego, sino hacerlo más satisfactorio. Claro, no todo juego necesita ser extremadamente difícil para ser bueno, pero es un verdadero logro crear algo que presenta un reto que nos impulsa a todos nosotros una y otra vez a jugar e intentar conquistarlo.

Y si todo esto no te sirve para entender por qué los juegos difíciles son tan populares y todavía dices que Dark Souls o cualquiera de estos otros títulos que mencionamos son injustos, solo te podemos dejar con este consejo de parte de los fans de la serie: Git Gud.