Cuando el lumbersexual irrumpió en la urbe, nadie pensaría que este leñador urbano tendría tanto éxito como el conseguido hasta hoy; fama que se toma las pasarelas internacionales más los diferentes catálogos de firmas de alta costura masculina, en que llevar la barba de una manera que se vea “desaliñada” es la gran apuesta de los maniquíes actuales.
Es así que el culto a los vellos faciales se tomó el sexo fuerte, dejando de lado la afeitadora y llevando a los muchachos a promover un perfil un tanto agresivo, por sobre esa pulcritud tan promovida en su momento por los metrosexuales o el estilo Preppy.
Escenario en que surge el concepto denominado”Pogonofilia” o lo denominado: amor por el vello facial. Comportamiento que ya se transformó en tendencia en Europa y de a poco avanza de manera vertiginosa en nuestro continente.
Según el portal de noticias Mujer & Punto, se dice que esta adicción tuvo su mayor auge por el evento Movember del 2014, “campaña sin fines de lucro que se desarrolla en el mes de noviembre en más de 20 países, cuya finalidad es prevenir el cáncer de próstata”. Tal iniciativa realizada el pasado año, recaudó casi 560 millones de dólares para la investigación de la ya mencionada patología.
Movember, que viene de la fusión de las palabras en inglés moustache (bigote) y november (noviembre), es un evento de carácter anual en que los hombres dejan crecer sus bigotes durante ese mes para crear conciencia sobre temas de salud masculina y, en paralelo, sirve como un medio para recaudar fondos que van en ayuda para aquellas instituciones dedicadas al tratamiento de cáncer de próstata y depresión masculina.
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Tal propuesta tiene a muchos sectores bastante enfurecidos, pues el auge del estilo barbudo ha generado un gran problema para las empresas de máquina de afeitar a nivel mundial. Hecho que quedó de manifiesto en el último informe sobre estilos de vida del Reino Unido, realizado por la empresa de investigación global Mintel, que arrojó que la venta de este artículo de belleza cayó en un 3,6%.
La fuerte tendencia de los pogonofilios tanto en la moda, cine, música y televisión, ha generado que durante el 2014 la empresa de afeitado Gillette, disminuyera las ventas globales de unidades de hojas de afeitar a un ritmo anual de 1,5% cada mes.
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Números que han generado que las empresas se reinventen, creando máquinas para la “geografía masculina” como lo hizo Gillete o un concurso para buscar a “los mejores barberos de Santiago” en el caso de la marca Schick.
Bajas cifras y nuevos métodos que visualizan que la moda de las barbas va en alza, dando lugar a las bajas en los mercados de la depilación que tuvo su mayor apogeo cuando David Beckham dio vida al metrosexual.
